La depresión puede sentirse como un monstruo que se esconde dentro de nosotros, acechando en la oscuridad y esperando a que nos desvistamos de nuestra armadura emocional. Es difícil luchar contra algo que parece tan intangible, tan abstracto, pero que tiene un impacto tan profundo en nuestra vida cotidiana. Y eso es precisamente lo que me pasó a mí: la depresión se convirtió en el monstruo dentro de mí.
Recuerdo cuando empecé a sentir que algo no estaba bien. Era como si las emociones se hubieran desvanecido y hubieran sido reemplazadas por un vacío inquietante. Me sentía apático y sin energía, incapaz de encontrar la motivación para hacer las cosas que solía disfrutar. Me alejé de amigos y familiares, me sentía demasiado cansado para socializar y prefería quedarme en casa, en la cama, mirando hacia el techo.
La depresión también afectó mi sueño. Me costaba conciliar el sueño por la noche, y cuando finalmente lo hacía, tenía pesadillas vívidas que me despertaban en medio de la noche. Me despertaba cansado y sin energía, lo que empeoraba aún más mi estado de ánimo.
Fue difícil hablar sobre lo que estaba pasando conmigo con amigos y familiares. Sentía que no podía explicar lo que estaba sintiendo, y temía que me juzgaran o que pensaran que estaba exagerando. Pero eventualmente llegué a un punto en el que sabía que necesitaba ayuda.
Fui a ver a un terapeuta y juntos exploramos mis sentimientos y pensamientos. Aprendí que la depresión no era mi culpa, que no era algo que pudiera simplemente «superar». Aprendí herramientas para manejar mi depresión, como la meditación y el ejercicio, y también aprendí la importancia de conectarme con amigos y familiares de confianza.
Ahora, sé que la depresión no desaparece por completo, pero estoy mejor equipado para manejarla. Aprendí que no tengo que enfrentarla solo, y que hay personas que me aman y están dispuestas a ayudarme. Sé que la depresión puede ser un monstruo aterrador, pero también sé que hay maneras de vencerlo.
Si tú también estás luchando contra la depresión, por favor, busca ayuda. Habla con alguien en quien confíes, o busca a un terapeuta o profesional de salud mental. No tienes que enfrentar este monstruo solo.
Psicólogo en línea 