Según la terapia racional emotiva conductual (TREC), una de las corrientes más influyentes de la psicología cognitiva, existen tres ingredientes clave para una relación sana y equilibrada: la aceptación, el respeto y la comunicación.
La aceptación implica reconocer y valorar a la otra persona tal como es, sin intentar cambiarla o juzgarla. La aceptación no significa conformismo o resignación, sino comprensión y tolerancia.
El respeto se refiere a tratar a la otra persona con dignidad y consideración, sin imponerle nuestras expectativas o exigencias. El respeto también implica reconocer los derechos y necesidades de la otra persona, así como sus límites y diferencias.
La comunicación es el medio por el que expresamos nuestros sentimientos, pensamientos y deseos a la otra persona, y también escuchamos y atendemos los suyos. La comunicación debe ser clara, honesta y asertiva, evitando los malentendidos, las mentiras y las agresiones.
Estos tres ingredientes son fundamentales para construir una relación sana y equilibrada, basada en el amor, la confianza y el apoyo mutuo. Sin embargo, no siempre es fácil ponerlos en práctica, ya que pueden surgir conflictos, problemas o dificultades que los pongan a prueba. Por eso, es importante trabajar en ellos de forma constante y consciente, buscando el bienestar propio y el de la pareja.


