La Terapia Racional Emotiva Conductual (TREC) es un tipo de psicoterapia que se basa en el principio de que nuestras emociones y comportamientos están determinados por nuestros pensamientos. Según esta terapia, muchas de las dificultades que experimentamos en la vida se deben a que tenemos creencias irracionales o distorsionadas sobre nosotros mismos, los demás y el mundo.
La TREC nos ayuda a identificar y cuestionar estas creencias irracionales, y a reemplazarlas por otras más racionales y adaptativas. De esta manera, podemos cambiar nuestras emociones y comportamientos negativos por otros más positivos y saludables.
Una de las áreas en las que la TREC puede ser muy útil es en el autocontrol. El autocontrol es la capacidad de regular nuestros impulsos, emociones y acciones para alcanzar nuestros objetivos y evitar consecuencias negativas. El autocontrol nos permite resistir tentaciones, posponer gratificaciones inmediatas, tolerar frustraciones y seguir normas sociales.
Muchas personas tienen problemas de autocontrol, lo que les lleva a actuar de forma impulsiva, agresiva, compulsiva o adictiva. Estas conductas pueden generar problemas personales, familiares, laborales o legales. La TREC nos enseña a mejorar nuestro autocontrol mediante el uso de técnicas cognitivas y conductuales.
Algunas de estas técnicas son:
– La detección y disputa de las creencias irracionales que nos impulsan a actuar de forma descontrolada. Por ejemplo, si creemos que «no puedo soportar la ansiedad», podemos cuestionar esta creencia preguntándonos: ¿Qué evidencia tengo de que no puedo soportar la ansiedad? ¿Qué es lo peor que puede pasar si siento ansiedad? ¿Qué beneficios me aporta soportar la ansiedad?
– La sustitución de las creencias irracionales por otras más racionales y realistas. Por ejemplo, podemos reemplazar la creencia anterior por: «La ansiedad es una emoción desagradable pero no peligrosa. Puedo tolerarla y manejarla con estrategias adecuadas. Soportar la ansiedad me ayuda a enfrentarme a mis problemas y a superarlos».
– El entrenamiento en habilidades de autoinstrucción. Se trata de darse mensajes positivos y motivadores para guiar nuestra conducta. Por ejemplo, podemos decirnos: «Sé que puedo controlarme. Tengo recursos para hacerlo. Me siento orgulloso de mí mismo cuando lo logro».
– El uso de técnicas de relajación, respiración o mindfulness para reducir el estrés y la tensión que pueden interferir con nuestro autocontrol.
– El establecimiento de metas claras, realistas y específicas para mejorar nuestro autocontrol. Por ejemplo, podemos proponernos: «Voy a reducir el consumo de alcohol a dos copas por semana». Es importante que las metas sean medibles y evaluables, para poder comprobar nuestro progreso y reforzarnos positivamente.
– El refuerzo positivo de las conductas de autocontrol. Se trata de premiarnos o felicitarnos cada vez que logramos controlarnos o resistir una tentación. Por ejemplo, podemos decirnos: «Lo he hecho muy bien. Me merezco un capricho». El refuerzo positivo aumenta nuestra autoestima y nuestra motivación para seguir mejorando.
La TREC es una terapia eficaz y práctica para mejorar nuestro autocontrol y nuestra calidad de vida. Si quieres saber más sobre esta terapia o cómo aplicarla a tu caso particular, puedes consultar con un profesional cualificado o buscar información en internet.


