La importancia de la comunicación en la salud mental
La comunicación es una herramienta imprescindible para el bienestar psicológico de las personas. La forma en que nos expresamos y nos relacionamos con los demás influye en nuestra autoestima, nuestra confianza y nuestra capacidad de afrontar los problemas. La comunicación también es fundamental para el cuidado de la salud mental, tanto en el ámbito profesional como en el familiar y social.
En el ámbito profesional, la comunicación terapéutica es un desafío que requiere de habilidades específicas por parte de los médicos y otros profesionales de la salud que atienden a personas con sufrimiento mental. La comunicación terapéutica implica prestar atención plena, evitar interrupciones, escuchar activamente, mostrar empatía, respeto y comprensión, establecer un plan conjuntamente y utilizar un lenguaje adecuado. Estas estrategias permiten crear un vínculo de confianza con el paciente, facilitar su adherencia al tratamiento, mejorar su satisfacción y su calidad de vida.
En el ámbito familiar y social, la comunicación también es clave para la salud mental. La comunicación familiar determina el grado de cohesión, afecto y apoyo entre sus miembros, así como los roles asignados y asumidos por cada uno. Una comunicación familiar positiva favorece el desarrollo emocional, cognitivo y social de los niños y adolescentes, previene los conflictos y las conductas de riesgo, y promueve la resiliencia ante las adversidades. Una comunicación familiar negativa, en cambio, puede generar estrés, ansiedad, depresión, baja autoestima, aislamiento y violencia.
La comunicación social también tiene un impacto en la salud mental. Las personas necesitamos relacionarnos con otras que compartan nuestros intereses, valores y objetivos, que nos brinden apoyo, afecto y reconocimiento. La comunicación social nos permite expresar nuestras emociones, opiniones y necesidades, así como recibir feedback, consejo y ayuda. La comunicación social nos ayuda a sentirnos parte de un grupo, a desarrollar nuestra identidad y a mejorar nuestra autoeficacia. Una comunicación social deficiente o ausente puede provocar soledad, aislamiento, rechazo y exclusión.
En conclusión, la comunicación es un factor determinante para la salud mental de las personas. Una comunicación efectiva nos permite establecer relaciones positivas con nosotros mismos y con los demás, mejorar nuestro bienestar psicológico y prevenir o superar los problemas de salud mental.


