Según la terapia racional emotiva conductual (TREC), una de las principales causas de los problemas de convivencia en una relación de pareja son las creencias irracionales que cada uno tiene sobre sí mismo, el otro y la relación. Estas creencias son pensamientos distorsionados que generan emociones negativas y conductas inadecuadas, que a su vez afectan la calidad de la comunicación y el vínculo afectivo.
La TREC propone que para superar los desafíos de la convivencia en una relación de pareja es necesario identificar y modificar estas creencias irracionales, y reemplazarlas por creencias racionales que favorezcan una actitud más flexible, tolerante y positiva hacia el otro y hacia la relación. Así, se puede mejorar el bienestar emocional de cada uno y de la pareja, y aumentar la satisfacción y la armonía en la convivencia.
Algunos ejemplos de creencias irracionales que pueden dificultar la convivencia en una relación de pareja son:
– Debo ser perfecto/a y complacer siempre a mi pareja.
– Mi pareja debe quererme y aceptarme incondicionalmente, sin importar lo que haga o diga.
– Mi pareja debe pensar, sentir y actuar como yo quiero, y si no lo hace es porque no me quiere o me respeta.
– Mi pareja es responsable de mi felicidad o infelicidad.
– Si mi pareja me critica o me contradice es porque me desprecia o me rechaza.
– Si mi pareja se aleja o se muestra distante es porque ya no me ama o me engaña.
– Si tenemos problemas o conflictos en nuestra relación es porque no somos compatibles o no estamos hechos el uno para el otro.
Estas creencias irracionales pueden generar emociones como ansiedad, tristeza, ira, celos, culpa o resentimiento, que a su vez pueden provocar conductas como exigir, manipular, controlar, agredir, culpar, evadir o aislarse, que deterioran la comunicación y el afecto en la pareja.
Para modificar estas creencias irracionales se puede aplicar el método ABCDE de la TREC, que consiste en los siguientes pasos:
– A: Identificar el acontecimiento que desencadena la emoción negativa (por ejemplo, una discusión con la pareja).
– B: Identificar la creencia irracional que subyace a la emoción negativa (por ejemplo, mi pareja debe pensar como yo).
– C: Identificar las consecuencias emocionales y conductuales de la creencia irracional (por ejemplo, sentir ira y gritarle a la pareja).
– D: Discutir y cuestionar la validez y utilidad de la creencia irracional (por ejemplo, ¿es cierto que mi pareja debe pensar como yo? ¿Qué evidencia tengo para sostenerlo? ¿Qué beneficios o perjuicios me trae creer eso?).
– E: Elaborar una creencia racional alternativa que sea más realista y adaptativa (por ejemplo, mi pareja tiene derecho a tener sus propias opiniones y preferencias, aunque no coincidan con las mías. Eso no significa que no me quiera o me respete. Puedo aceptar nuestras diferencias y buscar puntos en común).
Al aplicar este método se puede lograr una mayor comprensión de los propios pensamientos y emociones, así como de los del otro. También se puede desarrollar una mayor capacidad para resolver los conflictos de forma constructiva y respetuosa, sin recurrir a la violencia verbal o física. Además, se puede fomentar una mayor confianza, intimidad y complicidad en la pareja.
La TREC es una terapia psicológica que puede ayudar a las parejas a superar los desafíos de la convivencia. Sin embargo, para que sea efectiva se requiere de un compromiso mutuo por parte de ambos miembros de la pareja, así como de una disposición a cambiar las propias actitudes y comportamientos. También se recomienda contar con el apoyo de un profesional capacitado que pueda guiar el proceso terapéutico y facilitar el aprendizaje de nuevas habilidades.
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