La terapia racional emotiva conductual (TREC) es una forma de psicoterapia que se basa en el principio de que nuestras emociones y conductas están determinadas por nuestros pensamientos y creencias. Según esta terapia, muchas de las dificultades que experimentamos en nuestra vida se deben a que tenemos creencias irracionales que nos hacen interpretar la realidad de forma distorsionada y negativa. Estas creencias nos generan emociones negativas como ansiedad, depresión, ira o culpa, y nos llevan a actuar de forma poco adaptativa o autodestructiva.
Una de las áreas en las que la TREC puede ser muy útil es la de las relaciones de pareja. Muchas veces, las parejas sufren conflictos, insatisfacción o rupturas debido a que tienen expectativas poco realistas sobre el amor, la convivencia o la fidelidad. Estas expectativas se basan en creencias irracionales como:
– Necesito ser amado por mi pareja para ser feliz.
– Mi pareja debe satisfacer todas mis necesidades y deseos.
– Si mi pareja me engaña o me deja, es el fin del mundo.
– No puedo vivir sin mi pareja.
– Mi pareja debe ser perfecta y no cometer errores.
Estas creencias generan dependencia emocional, celos, inseguridad, resentimiento o infelicidad en la relación. La TREC propone que para construir una relación de pareja basada en la sinceridad y la autenticidad, es necesario cambiar estas creencias irracionales por otras más racionales y realistas, como:
– Soy una persona valiosa y merecedora de amor, pero no dependo de mi pareja para ser feliz.
– Mi pareja es un ser humano con sus propias necesidades y deseos, que puede coincidir o no con los míos. Podemos negociar y llegar a acuerdos que nos beneficien a ambos.
– Si mi pareja me engaña o me deja, es una situación dolorosa pero no catastrófica. Puedo superarlo y seguir adelante con mi vida.
– Disfruto de la compañía de mi pareja, pero también tengo mi propia identidad y espacio. Puedo estar solo y hacer cosas por mí mismo.
– Mi pareja no es perfecta y puede cometer errores. Yo tampoco soy perfecto y puedo perdonar.
Estas creencias favorecen una relación de pareja basada en el respeto, la confianza, la comunicación y el apoyo mutuo. También permiten afrontar los problemas y los cambios con más flexibilidad y optimismo.
Para cambiar las creencias irracionales por las racionales, la TREC utiliza una serie de técnicas cognitivas, emotivas y conductuales que ayudan a identificar, cuestionar y sustituir los pensamientos negativos por otros más positivos. Algunas de estas técnicas son:
– El método ABCDE: consiste en analizar un acontecimiento (A) que activa una creencia (B) que causa una emoción (C). Luego se discute la evidencia a favor o en contra de esa creencia (D) y se elabora una nueva creencia más racional (E).
– La flecha descendente: consiste en preguntarse qué pasaría si se cumpliera el peor escenario posible ante una situación temida. Se trata de llegar al núcleo de la creencia irracional y ver si tiene sentido o no.
– El análisis coste-beneficio: consiste en evaluar las ventajas y desventajas de mantener o cambiar una creencia irracional. Se trata de ver si nos compensa o no seguir pensando de esa forma.
– Experimentar vergüenza: consiste en exponerse voluntariamente a situaciones que nos provocan vergüenza o miedo para demostrarnos que podemos tolerarlas y que no son tan terribles como pensamos.
– Las afirmaciones: consisten en repetir frases positivas sobre nosotros mismos o sobre la situación que nos ayuden a reforzar nuestra autoestima y nuestra confianza.
– El humor: consiste en utilizar el sentido del humor para relativizar los problemas y verlos desde otra perspectiva más divertida y menos dramática.
La TREC es una terapia breve, directiva y activa, que implica tanto al terapeuta como al paciente en el proceso de cambio. El terapeuta actúa como un educador y un guía que enseña al paciente a pensar y actuar de forma más racional y saludable. El paciente, por su parte, debe asumir su responsabilidad y compromiso con el cambio, y realizar las tareas y los ejercicios que el terapeuta le propone.
La TREC es una terapia que ha demostrado su eficacia en el tratamiento de diversos trastornos psicológicos, como la ansiedad, la depresión, las fobias, las adicciones o los problemas de pareja. Además, es una terapia que puede aplicarse a cualquier persona que quiera mejorar su calidad de vida y su bienestar emocional.
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