Según la terapia racional emotiva conductual (TREC), una de las principales causas de los conflictos y el sufrimiento en las relaciones de pareja es la presencia de creencias irracionales. Estas son pensamientos o ideas que no se basan en la realidad, sino en exigencias, generalizaciones o distorsiones cognitivas que nos llevan a interpretar las situaciones de forma negativa y a reaccionar de manera desproporcionada.
La TREC propone que para mejorar la calidad de nuestras relaciones, debemos identificar y modificar estas creencias irracionales, y sustituirlas por otras más racionales, flexibles y adaptativas. De esta forma, podremos desarrollar una actitud más comprensiva y tolerante hacia nuestra pareja, y evitar caer en el resentimiento, la culpa o el rencor.
Uno de los aspectos clave para lograr este cambio es el cultivo de la comprensión y el perdón. La comprensión implica ponerse en el lugar del otro, intentar entender sus motivos, sentimientos y necesidades, y aceptar que es un ser humano imperfecto que puede cometer errores. El perdón implica renunciar al deseo de venganza o castigo, liberarse de las emociones negativas asociadas al daño recibido, y restaurar la confianza y el afecto en la relación.
¿Cómo podemos cultivar la comprensión y el perdón en nuestra relación de pareja? La TREC nos ofrece algunas pautas que podemos seguir:
– Reconocer nuestras propias creencias irracionales y cuestionarlas. Por ejemplo, si pensamos que nuestra pareja debe cumplir siempre con nuestras expectativas, o que nunca debe fallarnos, estamos siendo irracionales y exigentes. Podemos preguntarnos: ¿Qué evidencia tengo de que esto sea cierto? ¿Qué consecuencias tiene para mí y para mi relación pensar así? ¿Qué alternativa más racional puedo adoptar?
– Expresar nuestros sentimientos y necesidades de forma asertiva y respetuosa. En lugar de criticar, acusar o reprochar a nuestra pareja por lo que hizo o dejó de hacer, podemos comunicarle cómo nos sentimos y qué necesitamos de él o ella. Por ejemplo, en vez de decir: «Eres un egoísta que solo piensas en ti», podemos decir: «Me siento dolido/a porque no me has llamado cuando dijiste que lo harías. Necesito que seas más puntual y cumplas con tu palabra».
– Escuchar activamente a nuestra pareja y mostrar empatía. En lugar de interrumpir, juzgar o defenderse, podemos prestar atención a lo que nuestra pareja nos dice, sin distracciones ni prejuicios. Podemos mostrar interés por su punto de vista, hacer preguntas para aclarar dudas, y validar sus sentimientos. Por ejemplo: «Entiendo que estés enfadado/a porque llegué tarde a la cita. Sé que te importa mucho el tiempo y que te sientes decepcionado/a cuando no lo respeto».
– Buscar soluciones conjuntas y negociar acuerdos. En lugar de imponer nuestra voluntad o ceder por temor al conflicto, podemos buscar un punto medio en el que ambas partes se sientan satisfechas. Podemos proponer opciones, valorar los pros y los contras, y llegar a un compromiso mutuo. Por ejemplo: «¿Qué podemos hacer para evitar que esto vuelva a pasar? ¿Qué te parece si nos ponemos una alarma en el móvil para recordarnos la hora de la cita? ¿Y si nos avisamos con antelación si vamos a retrasarnos por algún motivo?»
– Practicar el autocontrol emocional y el humor. En lugar de dejarnos llevar por las emociones negativas como la ira, la tristeza o el miedo, podemos aprender a regularlas y a expresarlas de forma adecuada. Podemos usar técnicas de relajación, respiración o meditación para calmarnos, o buscar actividades que nos distraigan y nos hagan sentir bien. También podemos usar el humor para aliviar la tensión y ver las cosas desde otra perspectiva. Por ejemplo: «Vaya, parece que hoy estamos un poco torpes. Menos mal que tenemos sentido del humor y sabemos reírnos de nosotros mismos».
Estas son algunas de las estrategias que la TREC nos propone para cultivar la comprensión y el perdón en nuestra relación de pareja. No se trata de algo fácil ni rápido, sino de un proceso que requiere tiempo, esfuerzo y voluntad. Sin embargo, los beneficios que podemos obtener son enormes: una relación más sana, feliz y duradera.


