La ansiedad anticipatoria es una forma de malestar psicológico que surge cuando tememos enfrentarnos a situaciones futuras que consideramos amenazantes o peligrosas. Por ejemplo, si tenemos que hacer una exposición oral, podemos sentir miedo de olvidarnos del contenido, de tartamudear o de que nos juzguen negativamente. Estos pensamientos negativos nos generan una gran angustia y nos impiden disfrutar del presente.
¿Qué podemos hacer para manejar la ansiedad anticipatoria? Una de las estrategias más efectivas es la reestructuración cognitiva, que consiste en identificar y modificar los pensamientos irracionales que nos provocan ansiedad. Por ejemplo, podemos cuestionarnos si realmente hay evidencia de que vamos a fracasar, si estamos exagerando las consecuencias negativas o si podemos pensar en alternativas más positivas o realistas.
Otra técnica que puede ayudarnos es la distracción, que consiste en enfocar nuestra atención en algo diferente a lo que nos genera ansiedad. Por ejemplo, podemos escuchar música, leer un libro, hacer ejercicio o hablar con un amigo. De esta forma, rompemos el ciclo de preocupación y reducimos la activación fisiológica que nos produce la ansiedad.
La ansiedad anticipatoria es un fenómeno común que puede afectar a nuestra calidad de vida. Sin embargo, existen herramientas para afrontarla y superarla. Lo importante es reconocerla, aceptarla y buscar soluciones.


