La terapia racional emotiva conductual (TREC) es una forma de psicoterapia que se basa en el principio de que nuestros pensamientos influyen en nuestras emociones y comportamientos. Según la TREC, muchas de las dificultades que experimentamos en la vida se deben a creencias irracionales o distorsionadas que nos impiden alcanzar nuestros objetivos y satisfacer nuestras necesidades.
La TREC nos ayuda a identificar y cuestionar estas creencias, y a reemplazarlas por otras más racionales y adaptativas. De esta manera, podemos mejorar nuestra autoeficacia, es decir, nuestra confianza en nuestra capacidad para enfrentar los desafíos y resolver los problemas que se nos presentan. También podemos aumentar nuestra capacidad de afrontamiento, es decir, nuestra habilidad para manejar las situaciones estresantes o difíciles sin dejarnos llevar por el miedo, la ansiedad o la frustración.
La TREC se basa en el uso de técnicas cognitivas, emotivas y conductuales que nos permiten modificar nuestros pensamientos, sentimientos y acciones. Algunas de estas técnicas son:
– La detección y disputa de las creencias irracionales: consiste en reconocer los pensamientos automáticos que nos generan malestar emocional y cuestionar su validez y utilidad. Por ejemplo, si pensamos que «todo tiene que salir perfecto o soy un fracaso», podemos preguntarnos: ¿Es esto cierto? ¿Qué evidencia tengo para sostenerlo? ¿Qué consecuencias tiene para mí creer esto? ¿Qué alternativa más racional puedo adoptar?
– La reestructuración cognitiva: consiste en sustituir las creencias irracionales por otras más racionales y positivas que nos ayuden a alcanzar nuestros objetivos y a sentirnos mejor. Por ejemplo, si pensamos que «todo tiene que salir perfecto o soy un fracaso», podemos reemplazarlo por: «Me gustaría que todo saliera bien, pero sé que puedo cometer errores y aprender de ellos. Mi valor no depende de mis resultados, sino de mi esfuerzo y mi actitud».
– La exposición gradual: consiste en enfrentarnos progresivamente a las situaciones que nos provocan miedo o ansiedad, empezando por las más fáciles y avanzando hacia las más difíciles. De esta manera, podemos desensibilizarnos al estímulo temido y comprobar que somos capaces de superarlo. Por ejemplo, si tenemos miedo a hablar en público, podemos empezar por practicar frente al espejo, luego frente a un amigo, luego frente a un grupo pequeño, y así sucesivamente.
– El entrenamiento en habilidades sociales: consiste en aprender y practicar estrategias para comunicarnos de forma efectiva con los demás, expresando nuestros sentimientos, opiniones y necesidades de forma asertiva, sin agredir ni someternos. De esta manera, podemos mejorar nuestras relaciones interpersonales y aumentar nuestra autoestima. Por ejemplo, si queremos pedir un favor a alguien, podemos hacerlo de forma clara, directa y respetuosa, sin dar rodeos ni excusas.
La TREC es una terapia breve y focalizada, que suele durar entre 10 y 20 sesiones. Su objetivo es enseñarnos a ser nuestros propios terapeutas, dotándonos de herramientas para cambiar nuestra forma de pensar, sentir y actuar ante las situaciones que nos generan malestar o dificultad. Así, podemos aumentar nuestra autoeficacia y capacidad de afrontamiento, y mejorar nuestra calidad de vida.


