La terapia racional emotiva conductual (TREC) es un enfoque psicológico que se basa en la idea de que nuestros pensamientos influyen en nuestras emociones y comportamientos. Según esta terapia, muchas de las dificultades que experimentamos en nuestras relaciones de pareja se deben a creencias irracionales que tenemos sobre nosotros mismos, los demás y el mundo.
Una de las creencias irracionales más comunes es la exigencia, es decir, la tendencia a imponer nuestras preferencias como si fueran leyes universales que los demás deben cumplir. Por ejemplo, si pensamos que nuestra pareja debe estar siempre de acuerdo con nosotros, que debe satisfacer todas nuestras necesidades o que nunca debe cometer errores, estamos exigiendo algo que no es realista ni justo.
La exigencia nos lleva a sentir frustración, ira, resentimiento y decepción cuando nuestra pareja no cumple con nuestras expectativas. También nos impide apreciar sus cualidades, respetar sus diferencias y valorar su autonomía. En definitiva, nos aleja del amor y la felicidad.
¿Cómo podemos cambiar esta actitud y cultivar la aceptación y la tolerancia en nuestra relación de pareja? La TREC nos propone algunos pasos:
– Identificar nuestras creencias irracionales y cuestionarlas. Podemos preguntarnos: ¿Qué evidencia tengo de que mi exigencia es cierta? ¿Qué consecuencias tiene para mí y para mi pareja? ¿Qué ventajas tendría cambiarla por una preferencia?
– Reemplazar nuestras creencias irracionales por otras más racionales y flexibles. Por ejemplo, en lugar de pensar que nuestra pareja debe estar siempre de acuerdo con nosotros, podemos pensar que nos gustaría que lo estuviera, pero que entendemos que tiene su propia opinión y que podemos dialogar y negociar.
– Practicar la empatía y el respeto. Podemos ponernos en el lugar de nuestra pareja y tratar de comprender su punto de vista, sus sentimientos y sus necesidades. Podemos expresarle nuestro aprecio, reconocer sus esfuerzos y apoyar sus decisiones.
– Asumir nuestra responsabilidad y comunicarnos asertivamente. Podemos reconocer nuestros errores, pedir disculpas y reparar el daño cuando sea necesario. Podemos expresar nuestros deseos, opiniones y sentimientos de forma clara, honesta y respetuosa, sin agredir ni manipular a nuestra pareja.
La aceptación y la tolerancia son actitudes que se pueden aprender y mejorar con la práctica. No significa renunciar a nuestros valores ni a nuestra dignidad, sino reconocer que nuestra pareja es un ser humano con sus virtudes y defectos, al igual que nosotros. Significa quererla tal como es, sin intentar cambiarla ni controlarla. Significa disfrutar de lo que nos une y aceptar lo que nos diferencia.
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