Imagina a Lucía, una mujer que solía vivir atrapada en el estrés constante. Cada día sentía que cargaba el peso del mundo sobre sus hombros: las opiniones de los demás, las malas noticias en la televisión, el tráfico interminable, incluso los cambios repentinos en el clima. Nada escapaba de su preocupación. Pero, un día, en medio de una crisis existencial, un amigo le preguntó algo que cambió todo:
«Lucía, ¿qué de todo esto está realmente en tus manos?»
Esa pregunta la llevó a un viaje de autodescubrimiento que comenzó con algo simple: dividir una hoja de papel en dos columnas. En una, escribió todo lo que estaba fuera de su control. En la otra, todo lo que sí podía manejar. Para su sorpresa, la primera columna era inmensa, pero la segunda, aunque pequeña, brillaba como un faro de esperanza.
La historia de Lucía
Lucía empezó a poner en práctica su nueva mentalidad. Cuando su jefe la criticó injustamente, en lugar de angustiarse durante días, se preguntó: «¿Puedo controlar lo que dice? No. Pero puedo controlar cómo reacciono». Así, decidió mejorar su desempeño para ella misma, no para los demás.
Una tarde lluviosa, cuando sus planes al aire libre se arruinaron, en lugar de quejarse, optó por disfrutar de un té caliente y un libro. Aceptó que no podía cambiar el clima, pero sí podía decidir cómo aprovechar ese momento.
Y cuando escuchaba noticias desalentadoras, no se quedaba solo en la frustración. Elegía pequeñas acciones, como donar a una causa local o simplemente apagar la televisión y respirar.
Consejos prácticos para distinguir lo que puedes controlar
- Haz la «Lista de Lucía»
Toma una hoja de papel y divídela en dos columnas. En una, escribe las cosas que te preocupan pero que están fuera de tu control. En la otra, lo que sí puedes hacer al respecto. Visualizar esto es liberador. - Crea un «Mantra de Control»
Cada vez que sientas ansiedad por algo externo, repite: «No puedo controlar esto, pero puedo controlar cómo reacciono». Este simple mantra puede ayudarte a cambiar tu perspectiva en el momento. - Concéntrate en tus acciones diarias
En lugar de enfocarte en los resultados (que a menudo dependen de factores externos), concéntrate en lo que haces. Si quieres mejorar en algo, establece un pequeño hábito diario. La constancia está en tus manos, los resultados no siempre.
Una frase para compartir
«La clave para la paz interior no está en cambiar el mundo, sino en decidir cómo enfrentarlo.»
¿Qué te parece empezar hoy mismo a soltar aquello que no puedes controlar y tomar las riendas de lo que sí? 🚀



