¿Te ha pasado que sientes que estás “en reparación”? Como si fueras un coche descompuesto estacionado al lado de la vida que sigue corriendo a toda velocidad. La pintura descascarada, el motor echando humo y, para colmo, con un letrero invisible que dice: “Disculpe las molestias, estoy tratando de ser mejor ser humano”.
Bienvenido al taller. No estás solo.
En la Terapia Racional Emotiva Conductual (TREC), entendemos que este proceso de “reparación” no es una señal de debilidad, sino de humanidad. En serio. No vinimos con manual de instrucciones, ni con garantía de fábrica. Pero sí con una mente que, si se entrena, puede aprender a cambiar el aceite emocional, alinear las ideas distorsionadas, y hasta inflar la autoestima con aire racional.
🚧 Diagnóstico: creencias irracionales en el motor central
Muchas veces lo que realmente se avería no es el corazón, sino las ideas que nos repetimos. Esos “debería ser más fuerte”, “tengo que estar bien todo el tiempo”, “no puedo fallar nunca”… son como gasolina adulterada. En lugar de impulsarte, te corroen el sistema. TREC te invita a abrir el capó y mirar de frente esas exigencias irracionales. ¿De verdad necesitas ser perfecto para ser valioso? ¿Dónde está escrito eso?
Spoiler: en ningún lado.
🧰 Herramientas para reparar con estilo (y humor)
- La llave inglesa de la aceptación incondicional: No eres tu falla. No eres tu peor día. Eres un humano en construcción. Igual que todos.
- El destornillador de la racionalidad: Pregúntate si tu pensamiento tiene lógica, evidencia y utilidad. Si no lo tiene, es hora de aflojarlo y cambiarlo.
- El martillo del humor: A veces reírse de uno mismo es la forma más honesta de soltar la autoexigencia. ¿Te equivocaste? ¡Bienvenido al club de los seres vivos!
🛠 La reparación no es el problema, es el camino
“Estar en reparación” no significa estar roto. Significa estar activo. Significa que te diste cuenta de que no quieres seguir con el mismo patrón, que elegiste mirar hacia dentro y ajustar lo necesario. Eso requiere valentía, constancia y mucha tolerancia a la frustración. Pero también es profundamente esperanzador: si algo se puede reparar, es porque aún tiene valor. Y tú lo tienes.
Albert Ellis diría que el cambio no es fácil, pero es posible si hay esfuerzo y persistencia. No se trata de convertirte en una versión perfecta, sino en una versión más auténtica y funcional de ti mismo. Con tus cicatrices, tus aprendizajes y tus ganas de seguir andando, aunque a veces sea en primera y con el freno de mano puesto.
Reflexión final del mecánico emocional:
Cada día que decides mirar tus pensamientos, cuestionarlos y sustituirlos por otros más amables y realistas, es un día que avanzas. Aunque sea un milímetro. Aunque sigas goteando aceite emocional. Porque, amigo/a, el camino de la reparación también es un camino de redescubrimiento. Y eso… eso es bellamente humano.
¿Te animas a seguir reparándote, pero con amor?
Psicólogo en línea 