Cuando Tomás tenía 35 años, estaba convencido de que todo iba a salir mal.
Cada. Maldita. Vez.
Antes de una entrevista, su mente ya le había mostrado el rechazo, la cara seria del reclutador y el correo de “gracias, pero no”. Antes de una cita, ya imaginaba el silencio incómodo, el “no eres tú, soy yo”, y el postre dejándose a medio comer. Y ni hablemos de presentar un proyecto en el trabajo: ya se veía despedido antes de abrir la primera diapositiva.
Pero lo curioso no era solo lo que pensaba, sino lo convencido que estaba de que eso iba a pasar. Como si su cerebro tuviera una bola de cristal. Spoiler: no la tenía. Y la mayoría de sus “predicciones” nunca pasaban.
Hasta que un día, su terapeuta le dijo una frase que le cambió la vida:
“Tu mente no predice el futuro. Lo ensaya mal”.
💥 Boom.
La mente humana está programada para protegernos. Y muchas veces, eso significa pintarnos escenarios terribles para que estemos preparados. Pero hay una diferencia abismal entre estar preparado y vivir paralizado por fantasmas que ni existen.
¿Te ha pasado?
Ese diálogo interno tipo:
- “Seguro se va a burlar de mí si digo esto.”
- “Me van a rechazar.”
- “No va a funcionar.”
Y sin darte cuenta, ya no hablas, no te lanzas, no intentas. No vives. Porque estás obedeciendo a un oráculo defectuoso: tu propio cerebro ansioso.
Tomás empezó a hacer un ejercicio que tú también puedes probar:
🧠 El “Chequeo de Realidad”
- Identifica la predicción catastrófica que estás teniendo.
Ejemplo: “Me van a decir que no en esa propuesta”. - Pregunta: ¿Qué evidencia real tengo de que esto va a pasar?
(¿Pasó antes? ¿Siempre fue así? ¿Hay posibilidades distintas?) - Imagínate el mejor escenario posible también.
Dale a tu cerebro la opción de soñar, no solo de sobrevivir. - Actúa desde la curiosidad, no desde el miedo.
Piensa: “¿Qué pasaría si esto sale bien?”
Tomás no dejó de tener miedo. Pero aprendió que el miedo no es una predicción, es una señal. Y cuando empezó a responder a esas señales con acciones pequeñas (una llamada, un correo, una cita), su vida comenzó a expandirse.
Y tú también puedes hacerlo.
Porque no se trata de controlar el futuro, sino de dejar de asumir lo peor de él.
✨ “Deja de vivir como si tu mente supiera el final de la historia. El verdadero guión se escribe cuando te atreves a actuar, no a adivinar.” ✨
Compártelo si tú también estás listo para dejar de vivir en el “¿y si todo sale mal?”… y empezar a explorar el “¿y si todo sale bien?” 💭💫


