¿Por qué nos preocupamos por cosas que nunca pasan?

2–3 minutos

Bienvenido a esta entrega especial de comedia existencial con un toque de psicología racional emotiva. Hoy vamos a hablar de algo que todos hacemos pero nadie admite en voz alta: preocuparnos por cosas que no pasan. Y cuando digo «no pasan», me refiero a nivel «me va a dar un infarto por cómo me miró el de Recursos Humanos». Spoiler: te miró porque tenías un brócoli en el diente. No, no va a pasar nada.

Preocuparse es el nuevo cardio

Mucha gente dice que no tiene tiempo para hacer ejercicio, pero lleva años corriendo mentalmente detrás de un “¿y si…?”. ¿Y si pierdo el trabajo? ¿Y si me deja? ¿Y si en la reunión me preguntan algo y me congelo? Tu corazón ya hizo más sentadillas que en todo el 2023. ¿Te sientes agitado? Claro, llevas toda la semana haciendo crossfit mental.

Pero lo curioso es que el 90% de las cosas que nos preocupan jamás ocurren. Y el otro 10%, cuando pasan, no son tan graves como imaginábamos. Es como pedirle a tu cerebro que sea guionista de una película de suspenso… pero dirigida por un hámster ansioso.

El cerebro dramático

El cerebro no distingue entre una deuda bancaria y que te dejen en visto. Para él, todo es amenaza. Y como no tiene Netflix, se entretiene haciendo teorías de conspiración sobre tu vida. «¿Y si tu jefe no te saludó porque te va a despedir?» No, probablemente no te vio. O estaba pensando en su perro. O en la pizza del almuerzo.

¿Y si aprendemos a dejar de pelear con los fantasmas?

Albert Ellis, el crack de la Terapia Racional Emotiva Conductual (TREC), diría que esas preocupaciones vienen de creencias del tipo: “¡No debería pasarme nada malo nunca!” o “¡Necesito controlar todo para estar bien!”. Y como eso es imposible, tu mente se pone en modo vigilancia 24/7.

Pero, ¿y si en vez de pensar “¡es terrible!”, pensamos “es molesto, pero lo puedo manejar”? ¿Y si cambiamos el “¡no lo soporto!” por “no me gusta, pero sobreviviré”? Así, poquito a poquito, desinflamos al monstruo.

Porque preocuparse es como pagar intereses por una deuda que nunca contrajiste

Y lo peor: no te protege. Te agota, te desgasta, y te hace ver al futuro como una amenaza y no como una posibilidad.

Así que, si hoy tu cerebro te empieza con un “¿y si…?”, responde con un “¿y qué?”. Y después, ríete. Porque si hay algo que rompe el ciclo de la preocupación es el humor. Y si ya vamos a estar aquí preocupándonos por cosas que no pasan… mejor reírnos por cosas que tampoco pasaron.

Como ese día que pensaste que se iban a reír de ti en la oficina. Y resultó que solo querían saber dónde compraste tu café.

Spoiler final: estás haciendo lo mejor que puedes. Y eso, de verdad, ya es muchísimo.


Trastornos mentales de Los Simpson: 10 personajes y sus “locuras” más conocidasTrastornos mentales de Los Simpson: 10 personajes y sus “locuras” más conocidas21 de septiembre de 2025Psicólogo Juan José Hernández Lira

aceptación incondicional Agresividad Albert Ellis Ansiedad autoaceptación autoestima autoexigencia baja tolerancia a la frustración bienestar bienestar emocional Cambiar cambio emocional comunicación control emocional crecimiento personal creencias irracionales Depresión diálogo interno emociones emociones intensas emociones negativas enojo Estrés fff Insomnio Manejo de conductas Manejo de emociones Metas Motivación Pareja pensamiento irracional pensamientos irracionales perfeccionismo Recursos Resiliencia Responsabilidad emocional Salud Mental SaludMental Terapia Terapia Cognitivo Conductual terapia racional emotiva Terapia Racional Emotiva conductual Tolerancia a la Frustración Trastornos TREC

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