- El día que Sofía descubrió que no tenía que sentirse así
- El conflicto emocional: cuando tus pensamientos son tu peor enemigo
- El método ABCDE: paso a paso hacia un cambio real
- La transformación: de la exigencia al deseo, del drama a la comprensión
- El clímax: cuando eligió dejar de exigirse perfección
- Conclusión: ¿qué aprendió Sofía?
- Mensaje final
- ¿Y tú? ¿Quieres probar el método ABCDE?
- Palabras clave SEO
El día que Sofía descubrió que no tenía que sentirse así
Sofía tenía 34 años, una hija de seis y una pila de platos que no había lavado desde el lunes. No era por flojera, tampoco por falta de tiempo. Era porque cada vez que se sentaba sola en su cocina, sentía que algo dentro de ella se apagaba. Desde que su relación terminó hacía cuatro meses, arrastraba una tristeza que no entendía. Y lo peor: se culpaba por no poder “salir adelante”.
“Debería estar mejor”, se decía. “Ya pasó tiempo suficiente, ¿por qué sigo así?”. Cada pensamiento era como un ladrillo más sobre su pecho.
Una tarde, mientras su hija dormía y el silencio la envolvía, abrió su laptop y escribió: “No quiero seguir sintiéndome mal todo el tiempo”. Dio con un video sobre la Terapia Racional Emotiva Conductual (TREC) y su método ABCDE. Ese fue el comienzo de algo nuevo.
El conflicto emocional: cuando tus pensamientos son tu peor enemigo
Sofía no lo sabía, pero no era el dolor lo que la estaba hundiendo, sino lo que pensaba sobre ese dolor. Su mente repetía exigencias disfrazadas de lógica: “No debería sentirme así”, “tengo que superarlo ya”, “si me sigo sintiendo así, soy una fracasada”.
Lo que sentía era tristeza, sí, pero también vergüenza por sentirse triste. Eso es lo que la TREC llama “problemas emocionales secundarios”: emociones que se apilan una sobre otra hasta sofocar.
Sofía se dio cuenta de que no podía cambiar lo que ya había pasado, pero sí podía empezar a cuestionar esas ideas tan rígidas que la hacían sufrir.
El método ABCDE: paso a paso hacia un cambio real
Inspirada por ese video, Sofía escribió en un cuaderno:
- A (Acontecimiento activador): “Mi expareja no quiere volver conmigo”.
- B (Creencia): “Eso significa que no soy suficiente, que fracasé”.
- C (Consecuencia): Se siente triste, culpable, bloqueada.
- D (Disputa): ¿De verdad que eso significa que no valgo? ¿Dónde está escrito que una relación debe funcionar para validarme?
- E (Efecto nuevo): “No me gusta lo que pasó, pero puedo vivir con ello. No define quién soy”.
Por primera vez en meses, sintió un poco de alivio. No porque el dolor desapareciera, sino porque lo miró de frente, lo cuestionó, y no se dejó aplastar.
La transformación: de la exigencia al deseo, del drama a la comprensión
Hubo momentos en que Sofía quiso rendirse. La voz dentro de ella volvía, disfrazada de sentido común: “No puedes fallar”, “necesitas tener todo bajo control”, “deberías estar feliz por tu hija”.
Pero esta vez, Sofía tenía herramientas. Aprendió a cambiar sus “debo” por “prefiero”. A transformar el “no lo soporto” en “no me gusta, pero puedo afrontarlo”.
Eso no convirtió su vida en un cuento de hadas. Pero sí en una vida más vivible, más libre. Empezó a lavar los platos. A caminar de nuevo con su hija por el parque. A llorar sin juzgarse. Y, eventualmente, a reír.
El clímax: cuando eligió dejar de exigirse perfección
La escena fue sencilla pero poderosa. Era un domingo y su hija le preguntó: “Mamá, ¿por qué ya no estás triste todo el tiempo?”. Sofía no supo qué responder al principio. Después le dijo:
—Porque aprendí que estar mal no me hace mala. Solo humana.
Fue la primera vez que se escuchó decir eso en voz alta. Y fue también la primera vez que se lo creyó.
Conclusión: ¿qué aprendió Sofía?
Sofía entendió que sus emociones no eran el problema, sino lo que se decía a sí misma sobre esas emociones. Aprendió a:
- Cuestionar sus creencias irracionales.
- Aceptar lo que no podía cambiar sin dramatizarlo.
- Sostener el malestar sin sentirse débil.
- Vivir el presente sin estar atrapada en el “debería”.
Y sobre todo, aprendió a tratarse con compasión. No como una mujer rota, sino como alguien en proceso de sanar.
Mensaje final
Sofía aprendió que no tiene que creer todo lo que piensa. Y tú también puedes. La próxima vez que una emoción negativa se apodere de ti, recuerda: lo que sientes es real, pero muchas veces se sostiene sobre pensamientos que puedes desafiar.
💬 No eres tus emociones. Eres quien aprende a convivir con ellas, y a transformarlas.
¿Y tú? ¿Quieres probar el método ABCDE?
Haz el ejercicio. Escribe:
- A: ¿Qué situación te perturbó?
- B: ¿Qué te dijiste a ti mismo?
- C: ¿Cómo te sentiste y qué hiciste?
- D: ¿Esa creencia es lógica, realista y útil?
- E: ¿Qué nueva creencia podrías adoptar? ¿Cómo te haría sentir?
Hazlo con sinceridad. Con compasión. Porque no se trata de sentirte bien siempre. Se trata de aprender a sentirte mejor contigo mismo, incluso cuando las cosas no están bien.
Palabras clave SEO
TREC, método ABCDE, emociones negativas, terapia racional emotiva, cómo controlar las emociones, pensamientos irracionales, cambio emocional, salud mental, ansiedad, depresión
Psicólogo en línea 