La culpa es una emoción que puede causar mucho sufrimiento y afectar negativamente a nuestra autoestima y bienestar. A veces, sentimos culpa por cosas que hemos hecho o dejado de hacer, por cómo nos hemos comportado con los demás o con nosotros mismos, o por cómo pensamos o sentimos. La culpa puede ser adaptativa cuando nos ayuda a reconocer nuestros errores y a repararlos, pero también puede ser desadaptativa cuando se basa en creencias irracionales o exigencias inflexibles que nos impiden avanzar y perdonarnos.
La Terapia Racional Emotiva Conductual (TREC) es un tipo de psicoterapia que nos puede ayudar a superar la culpa desadaptativa y a cambiar nuestras creencias irracionales por otras más racionales y flexibles. La TREC se basa en el principio de que no son las situaciones las que nos hacen sentir de una manera u otra, sino la forma en que las interpretamos y evaluamos. Así, la culpa no surge de lo que hemos hecho o no hecho, sino de lo que nos decimos a nosotros mismos sobre ello.
La TREC propone un método para identificar y modificar nuestras creencias irracionales, que se caracterizan por ser absolutistas, dogmáticas e ilógicas. Algunos ejemplos de creencias irracionales que pueden generar culpa son:
– Debo hacer siempre lo correcto y no cometer nunca errores.
– Debo complacer siempre a los demás y evitar cualquier conflicto o desaprobación.
– Soy una mala persona si hago algo que va en contra de mis valores o principios.
– No merezco ser feliz ni tener éxito si he hecho algo malo o dañino.
Estas creencias irracionales nos llevan a sentirnos culpables, avergonzados, indignos o deprimidos, y a castigarnos o auto-sabotearnos. Para cambiarlas, la TREC nos invita a cuestionarlas y a sustituirlas por otras creencias más racionales, que se caracterizan por ser preferencias, deseos o probabilidades, en lugar de exigencias, necesidades o certezas. Algunos ejemplos de creencias racionales que pueden ayudarnos a superar la culpa son:
– Prefiero hacer lo correcto y evitar los errores, pero acepto que soy humano y puedo equivocarme.
– Me gustaría complacer a los demás y tener su aprobación, pero sé que no puedo controlar lo que piensan o sienten, y que tengo derecho a expresar mi opinión y defender mis intereses.
– No soy una mala persona si hago algo que va en contra de mis valores o principios, sino una persona que ha actuado de forma incongruente en una situación determinada.
– Merezco ser feliz y tener éxito aunque haya hecho algo malo o dañino, siempre y cuando reconozca mi responsabilidad, repare el daño causado y aprenda de la experiencia.
Estas creencias racionales nos permiten sentirnos responsables, arrepentidos, compasivos o motivados para mejorar, sin caer en la auto-condena o el auto-castigo. Para adoptarlas, la TREC nos anima a practicar un diálogo interno positivo y constructivo, en el que nos hablemos con respeto, comprensión y apoyo.
La culpa puede ser superada con la ayuda de la Terapia Racional Emotiva Conductual, siempre que estemos dispuestos a cuestionar nuestras creencias irracionales y a sustituirlas por otras más racionales y flexibles. Así podremos liberarnos del sufrimiento innecesario y mejorar nuestra autoestima y bienestar.


