# La relación entre la ansiedad y los trastornos alimentarios
## Introducción
Los trastornos alimentarios son condiciones psicológicas que se caracterizan por una alteración de los hábitos y actitudes relacionados con la alimentación, el peso y la imagen corporal. Entre los trastornos alimentarios más comunes se encuentran la anorexia nerviosa, la bulimia nerviosa y el trastorno por atracón. Estos trastornos afectan tanto a hombres como a mujeres de diferentes edades y culturas, y pueden tener graves consecuencias para la salud física y mental de quienes los padecen.
La ansiedad es una emoción que se produce ante situaciones percibidas como amenazantes o peligrosas, y que se manifiesta con síntomas como nerviosismo, preocupación, miedo, taquicardia, sudoración, temblores, etc. La ansiedad puede ser adaptativa cuando ayuda a afrontar los desafíos de la vida, pero también puede ser patológica cuando es excesiva, irracional o interfiere con el funcionamiento normal de la persona.
La relación entre la ansiedad y los trastornos alimentarios es compleja y bidireccional. Por un lado, la ansiedad puede ser un factor de riesgo para el desarrollo de un trastorno alimentario, ya que puede generar una baja autoestima, una insatisfacción con el cuerpo, una necesidad de control o una evitación de las emociones negativas mediante la comida. Por otro lado, el trastorno alimentario puede generar más ansiedad al provocar un deterioro físico, un aislamiento social, un conflicto familiar o una culpa por el comportamiento alimentario.
La terapia cognitivo conductual (TCC) es un tipo de intervención psicológica que se basa en modificar los pensamientos y las conductas que mantienen el problema. La TCC ha demostrado ser uno de los tratamientos más efectivos para los trastornos alimentarios, ya que ayuda a los pacientes a cambiar sus creencias distorsionadas sobre la comida, el peso y el cuerpo, a regular sus emociones de forma saludable, a mejorar su autoestima y a adquirir hábitos alimentarios normales.
## Argumentos
I. La ansiedad puede favorecer el desarrollo de un trastorno alimentario.
– La ansiedad puede generar una percepción negativa de uno mismo y del propio cuerpo, lo que puede llevar a una insatisfacción con la imagen corporal y a un deseo de adelgazar o cambiar el aspecto físico.
– La ansiedad puede provocar una necesidad de controlar la situación o las emociones mediante la comida, lo que puede derivar en conductas restrictivas o compulsivas con la alimentación.
– La ansiedad puede causar una evitación de las situaciones o personas que generan malestar o miedo, lo que puede conducir a un aislamiento social y a una pérdida de apoyo o refuerzo positivo.
– La ansiedad puede influir en el desarrollo de otros problemas psicológicos como la depresión, el perfeccionismo o las obsesiones, que pueden estar relacionados con los trastornos alimentarios.
II. El trastorno alimentario puede aumentar la ansiedad.
– El trastorno alimentario puede provocar un deterioro físico debido a la desnutrición, la deshidratación, los vómitos o los atracones, lo que puede afectar al funcionamiento del sistema nervioso y al equilibrio hormonal, aumentando así la vulnerabilidad a la ansiedad.
– El trastorno alimentario puede generar un conflicto familiar o interpersonal debido a la falta de comprensión o aceptación del problema por parte de los seres queridos, lo que puede provocar sentimientos de soledad, rechazo o culpa.
– El trastorno alimentario puede causar una disminución del rendimiento académico o laboral debido a la falta de concentración, memoria o energía.
– El trastorno alimentario puede crear una sensación de culpa o vergüenza por el comportamiento alimentario, lo que puede aumentar la ansiedad y reforzar el ciclo de restricción, atracones y purgas.
III. La terapia cognitivo conductual puede ayudar a superar el trastorno alimentario y la ansiedad.
– La terapia cognitivo conductual se enfoca en identificar y modificar los pensamientos distorsionados o irracionales que generan ansiedad y mantienen el trastorno alimentario, como por ejemplo: \»Si no estoy delgado/a, no valgo nada\», \»Si como algo prohibido, soy un/a fracasado/a\», \»Si no controlo lo que como, me va a pasar algo malo\», etc.
– La terapia cognitivo conductual también se enfoca en cambiar las conductas que son perjudiciales para la salud y el bienestar, como por ejemplo: saltarse comidas, comer en exceso o muy poco, vomitar o usar laxantes, pesarse o medirse compulsivamente, evitar situaciones sociales por miedo al juicio o al rechazo, etc.
– La terapia cognitivo conductual enseña al paciente a regular sus emociones de forma saludable, sin recurrir a la comida como mecanismo de escape o de alivio. Para ello, se utilizan técnicas como la relajación, la respiración diafragmática, la exposición gradual a las situaciones temidas o la reestructuración cognitiva.
– La terapia cognitivo conductual fomenta el desarrollo de una autoestima positiva y una aceptación del propio cuerpo, basadas en el reconocimiento de las cualidades personales y no en el aspecto físico. Para ello, se utilizan técnicas como el cese de la revisión del cuerpo, la reducción de la evitación corporal, el desafío de la mentalidad de trastorno alimentario o la mejora de las habilidades interpersonales¹².
## Ejemplos
– Un ejemplo de un pensamiento distorsionado que puede generar ansiedad y mantener el trastorno alimentario es: \»Si engordo un gramo, nadie me va a querer\». Este pensamiento es irracional porque no hay evidencia de que el peso determine el afecto de los demás, y porque implica una generalización exagerada. Un pensamiento más realista y adaptativo sería: \»Mi peso no define mi valor como persona ni mi capacidad de ser querido/a\».
– Un ejemplo de una conducta perjudicial que puede aumentar la ansiedad y el trastorno alimentario es: vomitar después de comer. Esta conducta es dañina porque provoca un desequilibrio físico y hormonal, un deterioro dental y esofágico, una deshidratación y una pérdida de electrolitos. Además, refuerza el ciclo de restricción-atracción-purga y genera más culpa y ansiedad. Una conducta más saludable sería: comer con moderación y variedad, sin prohibirse ningún alimento ni sentirse culpable por disfrutarlo.
– Un ejemplo de una emoción negativa que puede desencadenar un episodio de trastorno alimentario es: la tristeza. La tristeza es una emoción normal y adaptativa que se produce ante una pérdida o una frustración. Sin embargo, algunas personas con trastornos alimentarios pueden intentar evitar o suprimir esta emoción mediante la comida, ya sea restringiéndola o consumiéndola en exceso. Esto no solo no resuelve el problema que causó la tristeza, sino que genera más malestar y ansiedad. Una forma más saludable de regular la tristeza sería: expresarla verbalmente o por escrito, buscar apoyo emocional en personas cercanas o profesionales, realizar actividades gratificantes o relajantes, etc.
– Un ejemplo de una fuente alternativa de autoestima que puede ayudar a superar el trastorno alimentario es: el talento artístico.
– El talento artístico es una cualidad personal que refleja la creatividad, la sensibilidad y la expresión de uno mismo. El talento artístico puede ser una fuente de satisfacción, orgullo y reconocimiento, independientemente del peso o el aspecto físico. Una persona con trastorno alimentario puede beneficiarse de desarrollar y potenciar su talento artístico, ya sea pintando, escribiendo, tocando un instrumento, etc.
## Metáforas
– Una metáfora que puede ilustrar la relación entre la ansiedad y los trastornos alimentarios es: la comida como droga. Al igual que una droga, la comida puede tener un efecto placentero o tranquilizador a corto plazo, pero a largo plazo puede generar una dependencia, una tolerancia y unos efectos secundarios negativos. La comida puede convertirse en una forma de escapar o de aliviar la ansiedad, pero también puede provocar más ansiedad al crear un conflicto interno entre el deseo y el temor de comer.
– Una metáfora que puede ilustrar el objetivo de la terapia cognitivo conductual es: el cambio de lentes. Al igual que unas lentes defectuosas pueden distorsionar la visión de la realidad, unos pensamientos erróneos pueden distorsionar la percepción de uno mismo y del mundo. La terapia cognitivo conductual pretende cambiar esas lentes defectuosas por unas más claras y ajustadas a la realidad, que permitan ver las cosas con más objetividad y positividad.
## Conclusión
Los trastornos alimentarios son condiciones psicológicas que afectan a la salud física y mental de las personas que los sufren. La ansiedad es una emoción que puede estar relacionada con el origen y el mantenimiento de los trastornos alimentarios, así como con sus consecuencias negativas. La terapia cognitivo conductual es un tipo de intervención psicológica que ha demostrado su eficacia para tratar los trastornos alimentarios y la ansiedad asociada. La terapia cognitivo conductual se basa en modificar los pensamientos y las conductas que generan y perpetúan el problema, así como en enseñar al paciente a regular sus emociones y a mejorar su autoestima y su imagen corporal.
## Resumen
– Los trastornos alimentarios son alteraciones de la alimentación, el peso y la imagen corporal que afectan a la salud física y mental.
– La ansiedad es una emoción que puede favorecer el desarrollo de un trastorno alimentario o aumentar por su presencia.
– La terapia cognitivo conductual es un tratamiento psicológico que ayuda a cambiar los pensamientos y las conductas que mantienen el trastorno alimentario y la ansiedad.
– La terapia cognitivo conductual también enseña al paciente a regular sus emociones, a aceptar su cuerpo y a desarrollar su autoestima.


