La importancia de la motivación en la salud mental
La motivación es la fuerza que nos impulsa a realizar acciones y perseguir objetivos. Es un factor clave para el bienestar psicológico y la salud mental, ya que nos ayuda a enfrentar los desafíos, superar las dificultades y alcanzar nuestras metas.
La motivación se puede clasificar en dos tipos: intrínseca y extrínseca. La motivación intrínseca es aquella que surge de nuestro propio interés, placer o satisfacción por realizar una actividad. La motivación extrínseca es la que proviene de factores externos, como recompensas, elogios o castigos.
Ambos tipos de motivación son importantes y complementarios, pero la motivación intrínseca suele tener un mayor impacto en la salud mental, ya que está relacionada con el sentido de autonomía, competencia y propósito. La motivación intrínseca nos hace sentir más felices, más comprometidos y más creativos.
¿Cómo podemos fomentar la motivación intrínseca? Algunas estrategias son:
– Elegir actividades que nos gusten y nos apasionen, o buscar aspectos positivos en las que no nos gustan tanto.
– Establecer metas claras, realistas y desafiantes, que nos hagan sentir capaces y orgullosos de nuestros logros.
– Buscar feedback constructivo y reconocer nuestros esfuerzos y progresos.
– Disfrutar del proceso y no solo del resultado, valorando el aprendizaje y el crecimiento personal.
– Ser flexibles y adaptarnos a los cambios y obstáculos que puedan surgir, sin perder de vista nuestra motivación inicial.
La motivación es un recurso valioso para nuestra salud mental. Nos permite tener una actitud positiva, una mayor autoestima y una mejor calidad de vida. Por eso, es importante cuidarla y potenciarla cada día.


