I. Introducción
La ansiedad es una emoción que se caracteriza por un estado de inquietud, nerviosismo y preocupación excesiva ante situaciones que se perciben como amenazantes o inciertas. La ansiedad puede ser adaptativa cuando nos ayuda a prepararnos y afrontar los desafíos de la vida, pero también puede ser desadaptativa cuando se vuelve crónica, intensa y desproporcionada, interfiriendo con nuestro bienestar y funcionamiento diario.
Uno de los ámbitos que puede verse afectado por la ansiedad es el de la vida financiera. La relación entre la ansiedad y el dinero es compleja y bidireccional: por un lado, la falta de recursos económicos o la inestabilidad financiera pueden generar estrés y ansiedad; por otro lado, la ansiedad puede dificultar la toma de decisiones, el manejo del presupuesto, el ahorro y la inversión, así como provocar conductas impulsivas o evitativas que perjudiquen nuestra economía.
En este artículo vamos a explorar cómo la ansiedad puede afectar nuestra vida financiera y qué podemos hacer para mejorarla. Para ello, vamos a utilizar el enfoque de la terapia cognitivo conductual (TCC), que es una de las modalidades más efectivas y avaladas científicamente para tratar la ansiedad². La TCC se basa en el principio de que nuestros pensamientos, emociones y conductas están interrelacionados y se influyen mutuamente, por lo que interviniendo en alguno de estos componentes podemos modificar los demás.
II. Argumentos
A) La ansiedad puede afectar nuestra percepción de la realidad financiera
Uno de los aspectos que influye en nuestra vida financiera es cómo percibimos nuestra situación económica actual y futura. La ansiedad puede distorsionar esta percepción, haciéndonos ver las cosas peor de lo que son o anticipando escenarios catastróficos que nos paralizan o nos impulsan a actuar de forma irracional.
Por ejemplo, una persona con ansiedad puede pensar que nunca va a tener suficiente dinero para cubrir sus necesidades básicas, que va a perder su trabajo o su negocio, que va a endeudarse hasta el punto de no poder pagar sus deudas, que va a arruinar su futuro y el de su familia, etc. Estos pensamientos generan miedo, angustia e impotencia, lo que a su vez afecta su autoestima, su motivación y su capacidad para resolver problemas.
La TCC propone una técnica llamada reestructuración cognitiva para identificar y modificar estos pensamientos distorsionados por otros más realistas y adaptativos. Esta técnica consiste en cuestionar la evidencia que apoya o contradice nuestros pensamientos negativos, buscar otras posibles interpretaciones de la situación, evaluar las consecuencias de creer o no creer esos pensamientos y generar alternativas más equilibradas y racionales.
B) La ansiedad puede afectar nuestra conducta financiera
Otro aspecto que influye en nuestra vida financiera es cómo nos comportamos con respecto al dinero. La ansiedad puede alterar nuestra conducta financiera, llevándonos a adoptar hábitos poco saludables o contraproducentes para nuestra economía.
Por ejemplo, una persona con ansiedad puede gastar más de lo que gana o de lo que necesita para aliviar su malestar emocional, buscando una gratificación inmediata o una compensación por sus frustraciones. También puede evitar revisar sus cuentas bancarias o sus facturas por miedo a enfrentarse a la realidad, lo que le impide tener un control sobre sus ingresos y gastos. O puede dejar de invertir o ahorrar por temor a perder su dinero o a no saber gestionarlo correctamente.
La TCC propone una técnica llamada entrenamiento en habilidades para mejorar nuestra conducta financiera. Esta técnica consiste en aprender y practicar estrategiasque nos ayuden a planificar, organizar, ejecutar y evaluar nuestro manejo del dinero. Algunas de estas estrategias son: elaborar un presupuesto mensual que incluya nuestros ingresos y gastos fijos y variables, establecer metas financieras a corto, mediano y largo plazo, ahorrar una parte de nuestros ingresos para emergencias o proyectos futuros, comparar precios y buscar ofertas antes de comprar, evitar el uso excesivo o innecesario de tarjetas de crédito o préstamos, llevar un registro de nuestros movimientos financieros y revisarlo periódicamente, etc.
C) La ansiedad puede afectar nuestra salud física y mental
Un tercer aspecto que influye en nuestra vida financiera es cómo nos sentimos física y mentalmente. La ansiedad puede deteriorar nuestra salud física y mental, lo que a su vez repercute en nuestra economía.
Por ejemplo, una persona con ansiedad puede experimentar síntomas como palpitaciones, sudoración, temblores, dificultad para respirar, mareos, náuseas, dolores de cabeza, insomnio, fatiga, etc. Estos síntomas pueden afectar su rendimiento laboral o académico, su capacidad para relacionarse con los demás o para disfrutar de su tiempo libre. Además, pueden requerir atención médica o farmacológica, lo que implica un gasto adicional.
La TCC propone una técnica llamada entrenamiento en relajación para reducir la ansiedad y sus efectos negativos sobre la salud física y mental. Esta técnica consiste en aprender y practicar ejercicios de respiración diafragmática, relajación muscular progresiva, relajación autógena o imaginación guiada que nos ayuden a relajar nuestro cuerpo y nuestra mente. Estos ejercicios se pueden realizar en cualquier momento y lugar cuando nos sintamos ansiosos o estresados.
III. Ejemplos
Para ilustrar cómo la ansiedad puede afectar nuestra vida financiera y cómo la TCC puede ayudarnos a mejorarla, vamos a presentar dos ejemplos de casos reales.
A) Ana es una mujer de 35 años que trabaja como administrativa en una empresa. Desde hace unos meses sufre de ansiedad debido a la pandemia del COVID-19 y a la incertidumbre sobre su futuro laboral. Ana tiene pensamientos negativos sobre su situación económica: cree que va a perder su trabajo, que no va a encontrar otro, que va a quedarse sin dinero para pagar sus gastos fijos (hipoteca, luz, agua, etc.) y que va a tener que depender de sus padres o de su pareja. Estos pensamientos le generan mucha angustia y le impiden dormir bien por las noches.
Para aliviar su ansiedad, Ana recurre al consumo compulsivo de productos que no necesita o que no puede permitirse: ropa, zapatos, maquillaje, libros, etc. Cada vez que compra algo siente una sensación de placer momentáneo que le hace olvidar sus problemas. Sin embargo, al poco tiempo se siente culpable por haber gastado más de lo debido y se preocupa por cómo va a pagar sus deudas. Además, evita revisar sus cuentas bancarias o sus extractos de tarjeta por miedo a enfrentarse a la realidad.
Ana decide acudir a terapia cognitivo conductual para tratar su ansiedad y mejorar su vida financiera. En las sesiones con su terapeuta aprende a identificar y modificar sus pensamientos distorsionados por otros más realistas y adaptativos. Por ejemplo:
– Pensamiento distorsionado: Voy a perder mi trabajo.
– Pensamiento alternativo: No hay ninguna evidencia de que vaya a perder mi trabajo. Mi empresa no ha anunciado ningún despido ni reducción de plantilla. Además, tengo una buena trayectoria profesional y he recibido elogios por mi trabajo. Si por alguna razón perdiera mi trabajo, podría buscar otro o solicitar una prestación por desempleo.
También aprende a mejorar su conducta financiera mediante el entrenamiento en habilidades. Por ejemplo:
– Elabora un presupuesto mensual que incluye sus ingresos y gastos fijos y variables, así como una cantidad destinada al ahorro y al ocio.
– Establece metas financieras a corto, mediano y largo plazo, como ahorrar para un viaje, comprar un coche o jubilarse anticipadamente.
– Evita el uso excesivo o innecesario de tarjetas de crédito o préstamos y paga sus deudas lo antes posible.
– Compara precios y busca ofertas antes de comprar y se pregunta si realmente necesita o quiere lo que va a comprar.
– Lleva un registro de sus movimientos financieros y los revisa periódicamente para evaluar su progreso y hacer los ajustes necesarios.
Asimismo, aprende a reducir su ansiedad mediante el entrenamiento en relajación. Por ejemplo:
– Practica ejercicios de respiración diafragmática cuando se siente ansiosa o estresada, inspirando por la nariz y espirando por la boca lentamente, hinchando el abdomen al inhalar y deshinchándolo al exhalar.
– Practica la relajación muscular progresiva antes de irse a dormir, tensando y relajando los diferentes grupos musculares de su cuerpo, empezando por los pies y terminando por la cabeza.
– Practica la imaginación guiada cuando tiene un rato libre, visualizando una escena agradable y relajante, como una playa, un bosque o un lugar de su infancia, e involucrando todos sus sentidos.
Gracias a la terapia cognitivo conductual, Ana logra disminuir su ansiedad y mejorar su vida financiera. Se siente más tranquila, segura y satisfecha con su situación económica actual y futura. También se siente más capaz de tomar decisiones acertadas sobre su dinero y de disfrutar de sus compras sin sentir culpa ni remordimiento.
B) Carlos es un hombre de 40 años que trabaja como ingeniero en una empresa multinacional. Desde hace unos años sufre de ansiedad debido a la presión y la competencia que hay en su trabajo. Carlos tiene pensamientos negativos sobre su capacidad profesional: cree que no está a la altura de las exigencias de su puesto, que sus compañeros o sus jefes lo van a criticar o despedir, que va a cometer errores irreparables, que va a fracasar en su carrera, etc. Estos pensamientos le generan mucha inseguridad y le impiden avanzar en sus proyectos.
Para aliviar su ansiedad, Carlos recurre al ahorro excesivo o compulsivo de dinero. Carlos tiene un buen salario y no tiene grandes gastos fijos ni deudas, pero aun así se niega a gastar dinero en cosas que le gustan o le hacen falta: ropa, muebles, electrodomésticos, viajes, etc. Cada vez que piensa en comprar algo siente una sensación de pánico y se dice a sí mismo que no puede permitírselo o que es un derroche innecesario. Su objetivo es ahorrar todo lo posible para tener un colchón financiero que le proteja en caso de perder su trabajo o tener una emergencia.
Carlos decide acudir a terapia cognitivo conductual para tratar su ansiedad y mejorar su vida financiera. En las sesiones con su terapeuta aprende a identificar y modificar sus pensamientos distorsionados por otros más realistas y adaptativos. Por ejemplo:
– Pensamiento distorsionado: No estoy a la altura de las exigencias de mi puesto.
– Pensamiento alternativo: Estoy cualificado para mi puesto y tengo experiencia y conocimientos suficientes para desempeñarlo. He superado pruebas y entrevistas para conseguirlo. He recibido reconocimientos y felicitaciones por mi trabajo. Si tengo alguna dificultad o duda, puedo pedir ayuda o asesoramiento a mis compañeros o jefes.
También aprende a mejorar su conducta financiera mediante el entrenamiento en habilidades. Por ejemplo:
– Elabora un presupuesto mensual que incluye sus ingresos y gastos fijos y variables, así como una cantidad destinada al ahorro y al ocio.
– Establece metas financieras a corto, mediano y largo plazo, como comprar una casa, hacer un máster o jubilarse anticipadamente.
– Ahorra una parte de sus ingresos para emergencias o proyectos futuros, pero sin excederse ni privarse de sus necesidades o deseos.
– Compara precios y busca ofertas antes de comprar y se pregunta si realmente necesita o quiere lo que va a comprar.
– Se permite gastar dinero en cosas que le gustan o le hacen falta, sin sentir pánico ni culpa.
Asimismo, aprende a reducir su ansiedad mediante el entrenamiento en relajación. Por ejemplo:
– Practica ejercicios de respiración diafragmática cuando se siente ansioso o estresado, inspirando por la nariz y espirando por la boca lentamente, hinchando el abdomen al inhalar y deshinchándolo al exhalar.
– Practica la relajación muscular progresiva antes de irse a dormir, tensando y relajando los diferentes grupos musculares de su cuerpo, empezando por los pies y terminando por la cabeza.
– Practica la imaginación guiada cuando tiene un rato libre, visualizando una escena agradable y relajante, como una montaña, un lago o un lugar de su infancia, e involucrando todos sus sentidos.
Gracias a la terapia cognitivo conductual, Carlos logra disminuir su ansiedad y mejorar su vida financiera. Se siente más confiado, seguro y satisfecho con su situación profesional y económica actual y futura. También se siente más capaz de tomar decisiones acertadas sobre su dinero y de disfrutar de sus compras sin sentir pánico ni culpa.
IV. Metáforas
Para facilitar la comprensión de cómo la ansiedad puede afectar nuestra vida financiera y cómo la TCC puede ayudarnos a mejorarla, vamos a utilizar algunas metáforas que ilustren estos conceptos.
A) La ansiedad es como una alarma que se dispara cuando detecta una amenaza real o imaginaria. La alarma nos alerta de que algo va mal y nos prepara para actuar. Sin embargo, cuando la alarma se activa con demasiada frecuencia o intensidad, se vuelve molesta e inútil. Nos impide ver las cosas con claridad y nos hace reaccionar de forma exagerada o inadecuada.
La TCC es como un técnico que revisa la alarma y la ajusta para que funcione correctamente. El técnico nos ayuda a identificar las causas de la alarma y a calibrarla para que solo se active cuando sea necesario. También nos enseña a manejar la alarma cuando se dispara, apagándola o silenciándola si no hay una amenaza real.
B) La ansiedad es como un agujero negro que absorbe toda nuestra energía y recursos. El agujero negro nos hace sentir vacíos e insatisfechos con lo que tenemos. Nos hace creer que nunca tendremos suficiente dinero para vivir bien o para cumplir nuestros sueños. Nos hace gastar más de lo que podemos o ahorrar más de lo que necesitamos.
La TCC es como una luz que ilumina el agujero negro y nos muestra lo que hay dentro. La luz nos ayuda a ver nuestra situación financiera tal como es, sin exagerar ni minimizar. Nos ayuda a valorar lo que tenemos y a establecer prioridades. También nos ayuda a equilibrar nuestro gasto y nuestro ahorro, sin caer en extremos.
V. Conclusión
En conclusión, la ansiedad puede afectar nuestra vida financiera de forma negativa, distorsionando nuestra percepción de la realidad económica, alterando nuestra conducta financiera y deteriorando nuestra salud física y mental. Sin embargo, la ansiedad se puede tratar y superar con la ayuda de la terapia cognitivo conductual, que nos ofrece herramientas para modificar nuestros pensamientos, emociones y conductas que nos impiden tener una vida financiera saludable y satisfactoria. La TCC nos enseña a ver las cosas con objetividad, a tomar decisiones racionales sobre nuestro dinero y a relajarnos cuando nos sentimos ansiosos o estresados.
VI. Resumen
– La ansiedad es una emoción que se caracteriza por un estado de inquietud, nerviosismo y preocupación excesiva ante situaciones que se perciben como amenazantes o inciertas.
– La ansiedad puede afectar nuestra vida financiera de tres formas: puede distorsionar nuestra percepción de la realidad económica, puede alterar nuestra conducta financiera y puede deteriorar nuestra salud física y mental.
– La terapia cognitivo conductual es una modalidad de psicoterapia que se basa en el principio de que nuestros pensamientos, emociones y conductas están interrelacionados y se influyen mutuamente.
– La TCC nos ofrece técnicas para identificar y modificar nuestros pensamientos distorsionados por otros más realistas y adaptativos (reestructuración cognitiva), para mejorar nuestra conducta financiera mediante el aprendizaje y la práctica de estrategias que nos ayuden a planificar, organizar, ejecutar y evaluar nuestro manejo del dinero (entrenamiento en habilidades) y para reducir nuestra ansiedad mediante el aprendizaje y la práctica de ejercicios de respiración, relajación e imaginación que nos ayuden a relajar nuestro cuerpo y nuestra mente (entrenamiento en relajación).
– La TCC nos ayuda a mejorar nuestra vida financiera al disminuir nuestra ansiedad y al aumentar nuestra confianza, seguridad y satisfacción con nuestra situación económica actual y futura.


