Hola, amigos y amigas. Hoy les quiero hablar de un tema muy importante: la importancia de establecer rutinas para manejar la ansiedad. Sé que muchos de ustedes están pasando por momentos difíciles, ya sea por el trabajo, la familia, la pandemia o cualquier otra cosa que les quite el sueño. Y sé que a veces es tentador quedarse en la cama todo el día, comer helado y ver Netflix sin parar. Pero déjenme decirles algo: eso no es bueno para su salud mental ni física.
La ansiedad es una emoción normal que todos experimentamos en algún momento de nuestras vidas. Es una respuesta natural del cuerpo ante situaciones que percibimos como amenazantes o estresantes. Sin embargo, cuando la ansiedad se vuelve excesiva, frecuente o irracional, puede interferir con nuestro bienestar y nuestra capacidad de funcionar en el día a día. Por eso es importante aprender a manejarla de forma adecuada y saludable.
Una de las mejores formas de hacerlo es establecer rutinas que nos ayuden a mantener un equilibrio entre nuestras obligaciones y nuestros placeres, entre nuestra actividad y nuestro descanso, entre nuestra mente y nuestro cuerpo. Las rutinas nos dan estructura, orden y previsibilidad, lo que reduce la incertidumbre y el caos que tanto alimentan la ansiedad. Además, las rutinas nos permiten crear hábitos positivos que nos benefician en todos los aspectos de nuestra vida.
¿Qué tipo de rutinas pueden ayudarnos a manejar la ansiedad? Pues depende de cada persona, pero aquí les voy a dar algunas ideas generales que pueden adaptar a sus gustos y necesidades:
– Establezcan un horario regular para dormir y despertarse. El sueño es fundamental para la salud mental, ya que nos permite recuperar energía, regular las emociones y procesar la información. Traten de dormir entre 7 y 9 horas cada noche, eviten las pantallas antes de acostarse y creen un ambiente cómodo y tranquilo en su habitación.
– Hagan ejercicio físico al menos tres veces por semana. El ejercicio libera endorfinas, las hormonas de la felicidad, que nos hacen sentir bien y reducen el estrés. Además, el ejercicio mejora nuestra autoestima, nuestra confianza y nuestra salud cardiovascular. No hace falta que se maten en el gimnasio, con caminar, bailar, nadar o hacer yoga es suficiente.
– Coman sano y variado. La alimentación influye mucho en nuestro estado de ánimo y en nuestra capacidad de concentración. Eviten los alimentos procesados, azucarados o grasosos, que pueden causar irritabilidad, cansancio o ansiedad. Prefieran los alimentos naturales, frescos y nutritivos, como frutas, verduras, cereales integrales, legumbres, frutos secos o pescado.
– Dediquen tiempo a sus hobbies o pasiones. Hacer lo que nos gusta nos llena de alegría, satisfacción y sentido. Ya sea leer, escribir, pintar, tocar un instrumento, cocinar o lo que sea que les apasione, traten de hacerlo al menos una vez por semana. Así podrán desconectarse de los problemas, expresarse creativamente y disfrutar del momento presente.
– Practiquen técnicas de relajación o meditación. Estas prácticas nos ayudan a calmar la mente, respirar mejor y controlar las reacciones físicas de la ansiedad. Hay muchas formas de relajarse o meditar: pueden hacer respiraciones profundas, escuchar música suave, visualizar un lugar tranquilo o seguir una guía en YouTube o una app.
– Mantengan contacto con sus seres queridos. La soledad es uno de los factores que más contribuyen a la ansiedad. Por eso es importante tener una red de apoyo social con la que podamos compartir nuestros sentimientos, pensamientos y experiencias.


