Cómo la ansiedad puede afectar tus hábitos alimenticios

3–4 minutos

 ¿Te ha pasado que cuando estás nervioso o estresado te dan ganas de comer algo dulce o salado? ¿O que cuando estás triste o aburrido te refugias en la comida? Si la respuesta es sí, no eres el único. La ansiedad puede afectar tus hábitos alimenticios de muchas maneras, y no siempre para bien.

La ansiedad es una emoción normal que nos ayuda a enfrentar situaciones difíciles o peligrosas. Sin embargo, cuando se vuelve excesiva o crónica, puede interferir con nuestra salud física y mental. Una de las áreas que más se ve afectada por la ansiedad es la alimentación.

La ansiedad puede provocar que comamos más o menos de lo que necesitamos, que elijamos alimentos poco saludables o que tengamos problemas digestivos. Estos son algunos de los efectos que la ansiedad puede tener en nuestros hábitos alimenticios:

– Comer por emociones: Muchas veces usamos la comida como una forma de aliviar o evitar emociones negativas como el miedo, la tristeza, la culpa o la ira. Esto puede llevar a comer en exceso, a sentir culpa después de comer o a desarrollar trastornos alimentarios como la bulimia o el atracón.

– Comer por estrés: El estrés aumenta los niveles de cortisol, una hormona que estimula el apetito y favorece el almacenamiento de grasa. Además, el estrés nos hace más propensos a elegir alimentos ricos en azúcar, grasa o sal, que nos dan una sensación de placer y recompensa inmediata. Estos alimentos pueden aumentar el riesgo de obesidad, diabetes o enfermedades cardiovasculares.

– Comer por ansiedad: La ansiedad puede causar que sintamos un vacío en el estómago, que confundimos con hambre. También puede hacer que comamos más rápido, sin masticar bien o sin prestar atención a las señales de saciedad. Esto puede provocar indigestión, gases, acidez o hinchazón abdominal.

– No comer por ansiedad: Algunas personas pierden el apetito cuando están ansiosas, ya sea porque sienten náuseas, porque tienen miedo de engordar o porque no tienen tiempo para comer. Esto puede provocar desnutrición, pérdida de peso, debilidad o anemia.

Como ves, la ansiedad puede afectar tus hábitos alimenticios de forma negativa, lo que a su vez puede empeorar tu ansiedad. Por eso es importante que cuides tu alimentación y tu salud mental. Aquí te dejamos algunos consejos para lograrlo:

– Come de forma equilibrada y variada: Incluye en tu dieta alimentos de todos los grupos: frutas, verduras, cereales integrales, legumbres, frutos secos, lácteos, huevos, carnes y pescados. Evita los alimentos procesados, fritos, azucarados o con mucha sal.

– Come con regularidad: Respeta los horarios de las comidas y evita saltarte ninguna. Esto te ayudará a regular tu metabolismo y a evitar los picos de hambre y ansiedad. También puedes hacer pequeñas colaciones entre comidas si sientes hambre.

– Come con atención: Presta atención a lo que comes, a cómo lo comes y a cómo te sientes. Mastica bien los alimentos, saborea los sabores y disfruta del momento. Evita distracciones como la televisión, el celular o el ordenador. Escucha las señales de tu cuerpo y deja de comer cuando estés satisfecho.

– Come con calma: No comas con prisa ni bajo presión. Dedica al menos 20 minutos a cada comida y busca un lugar tranquilo y cómodo para hacerlo. Respira profundamente antes y después de comer y relaja tus músculos.

– Come con placer: No te prives de los alimentos que te gustan ni te castigues por comerlos. Permítete algún capricho de vez en cuando sin sentir culpa ni remordimiento. Recuerda que ningún alimento es bueno o malo por sí mismo, sino que depende de la cantidad y la frecuencia con que lo consumas.

– Busca ayuda profesional: Si cre


La Revolución Cognitiva: 5 Ideas que Cambiarán Cómo Entiendes Tu MenteLa Revolución Cognitiva: 5 Ideas que Cambiarán Cómo Entiendes Tu Mente24 de diciembre de 2025Psicólogo Juan José Hernández Lira

aceptación incondicional Agresividad Albert Ellis Ansiedad autoaceptación autoestima autoexigencia baja tolerancia a la frustración bienestar bienestar emocional Cambiar cambio emocional comunicación control emocional crecimiento personal creencias irracionales Depresión diálogo interno emociones emociones intensas emociones negativas enojo Estrés fff Insomnio Manejo de conductas Manejo de emociones Metas Motivación Pareja pensamiento irracional pensamientos irracionales perfeccionismo Recursos Resiliencia Responsabilidad emocional Salud Mental SaludMental Terapia Terapia Cognitivo Conductual terapia racional emotiva Terapia Racional Emotiva conductual Tolerancia a la Frustración Trastornos TREC

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.

Descubre más desde Psicólogo en línea