La terapia racional emotiva conductual (TREC) es un tipo de psicoterapia que se basa en la idea de que **nuestros pensamientos y creencias influyen en nuestras emociones y conductas**. Según esta terapia, muchas veces sufrimos por tener **creencias irracionales** que nos hacen interpretar la realidad de forma distorsionada y negativa. Estas creencias nos generan emociones desadaptativas como ansiedad, depresión, culpa o ira, que a su vez afectan a nuestro comportamiento y a nuestra relación con los demás.
Uno de los ámbitos donde las creencias irracionales pueden causar más problemas es el de la **relación de pareja**. A menudo, tenemos expectativas poco realistas sobre cómo debe ser nuestra pareja, cómo debe tratarnos, cómo debemos sentirnos o cómo debemos resolver los conflictos. Estas expectativas pueden provocar frustración, insatisfacción, celos, dependencia o conflictos.
Para evitar estos problemas, la TREC propone **cultivar la empatía y la comprensión** en la relación de pareja. La empatía es la capacidad de ponerse en el lugar del otro, de entender sus sentimientos, pensamientos y necesidades. La comprensión es la actitud de aceptar al otro tal como es, sin juzgarlo ni criticarlo. Ambas habilidades nos ayudan a mejorar la comunicación, el respeto y el afecto con nuestra pareja.
¿Cómo podemos desarrollar la empatía y la comprensión en nuestra relación? La TREC nos ofrece algunas técnicas y consejos:
– Identificar y cuestionar nuestras creencias irracionales sobre la pareja. Por ejemplo: «Mi pareja debe hacer siempre lo que yo quiero», «Si mi pareja me quiere, debe saber lo que pienso y siento sin que se lo diga», «Si discutimos, significa que no nos queremos», etc. Estas creencias son falsas y nos impiden ver a nuestra pareja como una persona diferente a nosotros, con sus propios gustos, opiniones y sentimientos. Podemos sustituirlas por creencias más racionales y flexibles, como: «Mi pareja tiene derecho a tener sus propias preferencias y a expresarlas», «Si quiero que mi pareja sepa lo que pienso y siento, debo comunicárselo de forma clara y respetuosa», «Discutir es normal y puede ser una oportunidad para mejorar nuestra relación si lo hacemos de forma constructiva», etc.
– Practicar la escucha activa con nuestra pareja. Esto implica prestar atención a lo que nos dice, sin interrumpirlo ni distraernos con otras cosas. También implica mostrar interés por lo que nos cuenta, hacer preguntas para aclarar o profundizar en lo que dice, y darle feedback para confirmar que le hemos entendido. Por ejemplo: «Entonces, lo que me quieres decir es que te sientes agobiado por el trabajo y necesitas un poco de espacio», «¿Y cómo te sentiste cuando te dijo eso?», «Me parece muy bien que hayas tomado esa decisión», etc.
– Expresar nuestros sentimientos y necesidades de forma asertiva. Esto significa decir lo que pensamos y sentimos sin agredir ni someternos al otro. Para ello, podemos usar el método del «yo» o del «yo siento». Por ejemplo: «Yo siento que no me prestas atención cuando te hablo», «Yo necesito que me apoyes en este momento», «Yo pienso que deberíamos repartirnos las tareas de la casa», etc. De esta forma, evitamos acusar o culpar al otro, y le damos la oportunidad de responder sin sentirse atacado o amenazado.
– Mostrar aprecio y gratitud por nuestra pareja. A veces damos por hecho las cosas buenas que hace nuestra pareja por nosotros y nos olvidamos de reconocerlas y valorarlas. Esto puede hacer que nuestra pareja se sienta ignorada o despreciada. Para evitarlo, podemos expresarle con frecuencia nuestro cariño y nuestro agradecimiento por lo que hace por nosotros. Por ejemplo: «Te quiero mucho», «Gracias por prepararme la cena», «Me encanta cómo me haces reír», etc.
– Buscar actividades y momentos para compartir con nuestra pareja. A veces la rutina, el estrés o las obligaciones nos hacen descuidar el tiempo de calidad con nuestra pareja. Esto puede afectar a nuestra conexión emocional y a nuestro deseo sexual. Para evitarlo, podemos buscar actividades que nos gusten a los dos y que nos permitan disfrutar juntos. Por ejemplo: ir al cine, hacer una escapada romántica, practicar un deporte, etc.
Estas son algunas de las formas de cultivar la empatía y la comprensión en una relación de pareja según la terapia racional emotiva conductual.


