La capacidad de atención es una habilidad fundamental para el aprendizaje y el desarrollo de los niños. Sin embargo, muchos niños tienen dificultades para concentrarse y mantener el foco en las tareas que realizan. ¿Qué papel juega la neurociencia en este aspecto? ¿Cómo puede ayudar a mejorar la atención de los niños?
La neurociencia es la ciencia que estudia el funcionamiento del cerebro y el sistema nervioso. Gracias a los avances tecnológicos, como la resonancia magnética funcional o la electroencefalografía, podemos observar cómo se activan diferentes regiones cerebrales cuando realizamos distintas actividades cognitivas, como la atención.
La atención no es un proceso único, sino que se compone de varios tipos, como la atención selectiva, la atención sostenida o la atención ejecutiva. Cada uno de estos tipos implica el funcionamiento de diferentes redes neuronales y requiere el desarrollo de diferentes habilidades.
La neurociencia puede ayudar a mejorar la atención de los niños de varias formas. Por un lado, puede ofrecer información sobre las características y necesidades de cada tipo de atención, y cómo se desarrollan a lo largo de la infancia. Por otro lado, puede proporcionar herramientas y estrategias basadas en la evidencia científica para estimular y entrenar la atención de los niños, tanto en el ámbito educativo como en el familiar.
Algunos ejemplos de estas herramientas y estrategias son:
– El uso de juegos y actividades lúdicas que impliquen el uso de la atención, como los rompecabezas, las sopas de letras o los juegos de memoria.
– El fomento de hábitos saludables que favorezcan el funcionamiento cerebral, como una buena alimentación, un sueño adecuado y la práctica de ejercicio físico.
– La aplicación de técnicas de mindfulness o atención plena, que consisten en prestar atención al momento presente con una actitud abierta y curiosa, sin juzgar ni reaccionar automáticamente.
– La adaptación del entorno y las tareas a las características y capacidades de cada niño, evitando distracciones innecesarias y ofreciendo apoyo y refuerzo positivo.
La neurociencia puede ser una gran aliada para mejorar la capacidad de atención en los niños, lo que redundará en su bienestar y su rendimiento académico. Sin embargo, no hay que olvidar que la atención es una habilidad que se puede mejorar con la práctica y el esfuerzo, y que requiere el compromiso y la colaboración tanto de los niños como de los adultos que les rodean.


