Terapia racional emotiva conductual: liberándote de la necesidad de aprobación externa
La terapia racional emotiva conductual (TREC) es una forma de psicoterapia que se basa en el principio de que nuestros pensamientos influyen en nuestras emociones y comportamientos. Según esta terapia, muchas de las dificultades que experimentamos en la vida se deben a creencias irracionales que nos generan emociones negativas y nos impiden alcanzar nuestros objetivos.
Una de las creencias irracionales más comunes es la necesidad de aprobación externa. Esta creencia se refiere a la idea de que debemos complacer a los demás y obtener su reconocimiento para sentirnos válidos y felices. Sin embargo, esta creencia nos hace dependientes de la opinión ajena y nos hace vulnerables al rechazo, la crítica y la manipulación.
La TREC nos ayuda a liberarnos de la necesidad de aprobación externa mediante un proceso de cuatro pasos:
1. Identificar la creencia irracional que nos causa malestar. Por ejemplo: «Si no le gusto a mi jefe, soy un fracaso».
2. Cuestionar la validez y utilidad de esa creencia. Por ejemplo: «¿Qué evidencia tengo de que no le gusto a mi jefe? ¿Qué consecuencias tiene para mí que no le guste? ¿Qué otras formas hay de evaluar mi valía profesional?».
3. Reemplazar la creencia irracional por una creencia racional que nos ayude a sentirnos mejor y a actuar de forma más eficaz. Por ejemplo: «No puedo controlar lo que piensa mi jefe de mí, solo puedo hacer mi trabajo lo mejor posible. Mi valía profesional no depende de su opinión, sino de mis habilidades, logros y actitud».
4. Practicar la nueva creencia racional hasta que se convierta en un hábito mental. Por ejemplo: «Cada vez que me sienta inseguro por lo que piense mi jefe, me recordaré a mí mismo que soy un buen profesional y que no necesito su aprobación para sentirme bien».
La TREC es una terapia efectiva para mejorar nuestra autoestima, nuestra confianza y nuestra autonomía. Al liberarnos de la necesidad de aprobación externa, podemos vivir más acorde con nuestros valores y deseos, sin dejar que los demás determinen nuestra felicidad.


