Según la terapia racional emotiva conductual (TREC), una de las formas de mejorar la calidad de una relación de pareja es a través de la planificación y el establecimiento de metas. La TREC sostiene que las emociones y los comportamientos están determinados por las creencias y los pensamientos que tenemos sobre nosotros mismos, los demás y el mundo. Por lo tanto, si queremos cambiar cómo nos sentimos y cómo actuamos en nuestra relación, debemos cambiar nuestras creencias irracionales por otras más racionales y adaptativas.
La planificación y el establecimiento de metas nos ayudan a definir qué queremos lograr en nuestra relación, cómo vamos a hacerlo y qué obstáculos podemos encontrar. Al tener un plan claro y unas metas específicas, medibles, alcanzables, relevantes y temporales (SMART), podemos aumentar nuestra motivación, nuestra autoeficacia y nuestra satisfacción. Además, al compartir nuestro plan y nuestras metas con nuestra pareja, podemos fomentar la comunicación, la confianza y el compromiso.
Algunos ejemplos de metas que podemos plantearnos en nuestra relación son:
– Dedicar al menos una hora al día a hacer una actividad juntos que nos guste y nos relaje.
– Expresar al menos tres veces al día un gesto de cariño o una palabra de aprecio a nuestra pareja.
– Resolver los conflictos de forma asertiva y respetuosa, sin recurrir a la violencia verbal o física.
– Apoyar a nuestra pareja en sus proyectos personales y profesionales, sin dejar de lado los nuestros.
– Buscar ayuda profesional si sentimos que nuestra relación está en crisis o que no podemos solucionar nuestros problemas por nosotros mismos.
La planificación y el establecimiento de metas son herramientas muy útiles para mejorar nuestra relación de pareja, siempre que se hagan de forma conjunta y consensuada. No se trata de imponer nuestras expectativas o deseos a la otra persona, sino de buscar un equilibrio entre lo que queremos y lo que podemos ofrecer. Así podremos disfrutar de una relación más sana, feliz y duradera.


