La terapia racional emotiva conductual (TREC) es una forma de psicoterapia que se basa en el principio de que nuestras emociones y conductas están determinadas por nuestros pensamientos y creencias. Esta terapia fue creada por el psicólogo Albert Ellis en la década de 1950, como una alternativa al psicoanálisis.
La TREC propone que muchas de las dificultades que experimentamos en la vida se deben a que tenemos creencias irracionales o distorsionadas sobre nosotros mismos, los demás y el mundo. Estas creencias nos hacen interpretar la realidad de forma negativa, exagerada o absolutista, lo que nos genera malestar emocional y problemas de adaptación.
Algunos ejemplos de creencias irracionales son:
– Necesito ser amado y aprobado por todos.
– Debo ser perfecto y competente en todo lo que hago.
– Es terrible que las cosas no salgan como yo quiero.
– No puedo soportar el sufrimiento ni la frustración.
– El pasado determina mi presente y mi futuro.
– Debo preocuparme mucho por los problemas y evitarlos a toda costa.
La TREC tiene como objetivo ayudar a las personas a identificar, cuestionar y modificar estas creencias irracionales, sustituyéndolas por otras más racionales, realistas y flexibles. De esta forma, se logra cambiar las emociones y las conductas que nos perjudican por otras más saludables y adaptativas.
La TREC es una terapia activa, directiva y educativa, que se centra en el presente y busca soluciones prácticas. Se basa en el método ABCDE para analizar y modificar las creencias:
– A: Acontecimiento. Es la situación que desencadena nuestra reacción emocional o conductual.
– B: Creencia. Es el pensamiento o la interpretación que hacemos del acontecimiento.
– C: Consecuencia. Es la emoción o la conducta que resulta de nuestra creencia.
– D: Discusión. Es el proceso de cuestionar la validez y la utilidad de nuestra creencia, buscando evidencias a favor y en contra.
– E: Efecto. Es el cambio emocional o conductual que se produce al adoptar una nueva creencia más racional.
La TREC utiliza diversas técnicas cognitivas, emotivas y conductuales para facilitar este proceso de cambio, como por ejemplo:
– La flecha descendente. Consiste en preguntarse qué pasaría si nuestra creencia fuera cierta, hasta llegar al núcleo de nuestro miedo o conflicto.
– El análisis coste-beneficio. Consiste en evaluar las ventajas y desventajas de mantener o cambiar nuestra creencia.
– La experimentación de vergüenza. Consiste en exponerse voluntariamente a situaciones que nos provocan vergüenza o culpa, para comprobar que no son tan terribles ni nos definen como personas.
– Las afirmaciones positivas. Consisten en repetir frases que refuerzan nuestra autoestima y nuestra confianza.
– El humor. Consiste en utilizar el sentido del humor para relativizar nuestros problemas y verlos desde otra perspectiva.
La TREC es una terapia eficaz para tratar diversos trastornos psicológicos, como la depresión, la ansiedad, las fobias, el estrés, la baja autoestima, los problemas de pareja o las adicciones. También es útil para mejorar el bienestar emocional y el desarrollo personal de las personas.
En conclusión, la TREC es una terapia que nos libera de la comparación constante con los demás, al enseñarnos a aceptarnos y valorarnos tal como somos, sin depender de factores externos ni exigirnos más de lo necesario. Así, podemos vivir con más armonía, satisfacción y felicidad.


