El perfeccionismo es una tendencia a exigirse a uno mismo o a los demás un nivel de rendimiento o de calidad muy alto, que puede generar insatisfacción, estrés y frustración. Aunque el perfeccionismo puede tener algunos beneficios, como la motivación o la autoexigencia, también puede ser una fuente de sufrimiento y de problemas psicológicos.
La terapia racional emotiva conductual (TREC) es un tipo de psicoterapia que se basa en el principio de que no son las situaciones las que nos afectan emocionalmente, sino las creencias que tenemos sobre ellas. La TREC nos ayuda a identificar y modificar las creencias irracionales que nos generan emociones negativas y a sustituirlas por otras más racionales y adaptativas.
Una de las creencias irracionales más comunes es la exigencia absolutista, que consiste en pensar que las cosas deben ser de una determinada manera y que no podemos tolerar que sean de otra. Esta creencia suele estar detrás del perfeccionismo, ya que nos lleva a pensar que debemos hacer todo perfecto y que no podemos aceptar ningún error o fallo.
La TREC nos propone una serie de estrategias para superar el perfeccionismo y aprender a ser más flexibles y tolerantes con nosotros mismos y con los demás. Algunas de estas estrategias son:
– Cuestionar la evidencia y la lógica de nuestras exigencias. ¿Qué pruebas tengo de que debo hacer todo perfecto? ¿Qué consecuencias reales tendría cometer un error? ¿Qué ventajas e inconvenientes tiene ser tan exigente?
– Cambiar el lenguaje absolutista por uno más relativo. En lugar de usar palabras como «debo», «tengo que» o «necesito», podemos usar otras como «preferiría», «me gustaría» o «sería conveniente».
– Practicar la aceptación incondicional. Esto significa aceptarnos a nosotros mismos y a los demás como personas imperfectas y falibles, pero valiosas y dignas de respeto. Podemos reconocer nuestros errores y limitaciones sin juzgarnos ni castigarnos por ellos.
– Establecer objetivos realistas y alcanzables. En lugar de pretender hacer todo perfecto, podemos fijarnos metas que se ajusten a nuestras capacidades y recursos, y que nos supongan un reto pero no una frustración.
– Celebrar nuestros logros y valorar nuestros esfuerzos. Podemos reconocer y premiar lo que hacemos bien y lo que conseguimos, sin minimizarlo ni compararlo con lo que hacen los demás. También podemos apreciar el proceso y no solo el resultado, y tener en cuenta el esfuerzo y el aprendizaje que implica cada tarea.
El perfeccionismo puede ser un obstáculo para nuestro bienestar y nuestro desarrollo personal. La TREC nos ofrece herramientas para superarlo y para adoptar una actitud más racional, flexible y positiva ante la vida.


