La paciencia y la tolerancia son dos virtudes que nos ayudan a afrontar las dificultades de la vida con serenidad y comprensión. Sin embargo, a veces nos cuesta mantenerlas cuando nos enfrentamos a situaciones frustrantes, estresantes o injustas. ¿Cómo podemos cultivar la paciencia y la tolerancia en nuestro día a día? Una herramienta que puede sernos de gran utilidad es la terapia racional emotiva conductual (TREC).
La TREC es un tipo de psicoterapia que se basa en el principio de que no son las situaciones las que nos afectan emocionalmente, sino las creencias que tenemos sobre ellas. Según esta terapia, existen unas creencias irracionales que nos generan emociones negativas como la ira, la ansiedad o la depresión, y unas creencias racionales que nos ayudan a sentirnos más tranquilos, optimistas y felices.
La TREC nos enseña a identificar y cuestionar nuestras creencias irracionales, y a sustituirlas por otras más racionales y adaptativas. De esta forma, podemos modificar nuestras emociones y comportamientos, y mejorar nuestra calidad de vida.
Algunas de las creencias irracionales que nos impiden ser pacientes y tolerantes son:
– La exigencia: consiste en pensar que las cosas tienen que ser como nosotros queremos, y que si no lo son, es terrible y no lo podemos soportar. Por ejemplo: «Tiene que hacer lo que yo digo, si no lo hace es un idiota y me enfado mucho».
– La catastrofización: consiste en magnificar lo negativo y minimizar lo positivo, y anticipar el peor escenario posible. Por ejemplo: «Si llego tarde al trabajo, me van a despedir y no voy a encontrar otro empleo nunca».
– La sobregeneralización: consiste en sacar conclusiones globales a partir de un hecho puntual o limitado. Por ejemplo: «Siempre me pasa lo mismo, todo me sale mal».
– La etiquetación: consiste en asignar calificativos negativos a nosotros mismos o a los demás, en lugar de describir los hechos objetivamente. Por ejemplo: «Soy un fracasado» o «Es un egoísta».
Para cultivar la paciencia y la tolerancia con la TREC, debemos reemplazar estas creencias irracionales por otras más racionales, como:
– La preferencia: consiste en pensar que nos gustaría que las cosas fueran de una determinada manera, pero que si no lo son, podemos aceptarlo y adaptarnos. Por ejemplo: «Me gustaría que hiciera lo que yo digo, pero si no lo hace, no es el fin del mundo ni significa que sea un idiota».
– La relativización: consiste en ver las cosas en su justa medida, sin exagerar ni minimizar, y tener en cuenta las posibilidades reales. Por ejemplo: «Si llego tarde al trabajo, puede que me llamen la atención o me descuenten el sueldo, pero no es seguro que me despidan ni que no pueda encontrar otro empleo».
– La especificación: consiste en limitar las conclusiones a los hechos concretos y actuales, sin generalizar ni extrapolar. Por ejemplo: «Me ha pasado esto ahora, pero no siempre me pasa ni tiene por qué volver a pasarme».
– La descripción: consiste en observar los hechos sin juzgarlos ni valorarlos negativamente, y reconocer las cualidades positivas de nosotros mismos y de los demás. Por ejemplo: «He cometido un error» o «Ha actuado de forma egoísta en esta ocasión».
La TREC es una terapia práctica y eficaz para cultivar la paciencia y la tolerancia con nosotros mismos y con los demás. Nos ayuda a cambiar nuestra forma de pensar y de sentir ante las situaciones difíciles, y a desarrollar una actitud más positiva y constructiva.


