La neurociencia es la ciencia que estudia el funcionamiento del cerebro y el sistema nervioso. Una de sus aplicaciones más interesantes es la de entender cómo aprendemos y cómo podemos mejorar nuestra capacidad de aprendizaje a lo largo de la vida.
El aprendizaje es un proceso que implica cambios en las conexiones entre las neuronas, que son las células que transmiten la información en el cerebro. Estos cambios se producen gracias a la plasticidad cerebral, que es la capacidad del cerebro de adaptarse y reorganizarse ante nuevas experiencias y estímulos.
La plasticidad cerebral no se pierde con la edad, sino que se mantiene durante toda la vida. Esto significa que podemos seguir aprendiendo cosas nuevas y mejorar nuestras habilidades cognitivas en cualquier etapa de nuestra vida. Sin embargo, para aprovechar al máximo esta capacidad, es necesario tener en cuenta algunos factores que influyen en el aprendizaje.
Algunos de estos factores son:
– La motivación: es el motor del aprendizaje. Si tenemos interés y curiosidad por lo que queremos aprender, nos resultará más fácil y gratificante.
– La atención: es la capacidad de concentrarnos en lo que estamos aprendiendo y filtrar las distracciones. Para mejorar la atención, podemos buscar un ambiente tranquilo y adecuado para estudiar, así como hacer pausas periódicas para descansar y relajar la mente.
– La memoria: es la capacidad de almacenar y recuperar la información que hemos aprendido. Para mejorar la memoria, podemos usar técnicas como la repetición espaciada, que consiste en repasar la información a intervalos cada vez más largos; o la elaboración, que consiste en relacionar la información con nuestros conocimientos previos o con ejemplos significativos.
– La emoción: es el estado afectivo que acompaña al aprendizaje. Las emociones positivas favorecen el aprendizaje, ya que activan el sistema de recompensa del cerebro y facilitan la consolidación de los recuerdos. Por el contrario, las emociones negativas dificultan el aprendizaje, ya que generan estrés y ansiedad que interfieren con el procesamiento de la información.
La neurociencia nos ofrece una oportunidad única para conocer mejor cómo funciona nuestro cerebro y cómo podemos optimizar nuestro aprendizaje. Conocer los principios y las estrategias basadas en la evidencia científica puede ayudarnos a mejorar nuestra capacidad de aprendizaje y a disfrutar más del proceso.


