La autoestima es la valoración que tenemos de nosotros mismos, de nuestras capacidades, habilidades y logros. Es un aspecto fundamental para nuestro bienestar psicológico y emocional, ya que influye en cómo nos relacionamos con los demás, cómo afrontamos los desafíos y cómo nos sentimos con nosotros mismos.
Sin embargo, muchas personas tienen una baja autoestima, es decir, se sienten inferiores, inseguras o insatisfechas con su propia imagen. Esto puede generar problemas de ansiedad, depresión, estrés o aislamiento social. Por eso, es importante mejorar la capacidad de autoestima, es decir, la habilidad de valorarnos positivamente y de aceptarnos tal y como somos.
Para ello, existen algunas técnicas de psicología que pueden ayudarnos a mejorar nuestra autoestima. Estas son algunas de ellas:
– Identificar y cuestionar los pensamientos negativos: muchas veces, nuestra baja autoestima se debe a que tenemos una serie de creencias irracionales o distorsionadas sobre nosotros mismos, como por ejemplo: «no soy capaz de hacer nada bien», «nadie me quiere», «soy un fracaso», etc. Estos pensamientos nos hacen sentir mal y nos impiden ver nuestras cualidades y potencialidades. Por eso, es importante identificarlos y cuestionarlos con evidencias objetivas que demuestren lo contrario. Por ejemplo: «he hecho muchas cosas bien en mi vida», «tengo personas que me aprecian y me apoyan», «he superado muchos obstáculos y he aprendido de ellos», etc.
– Practicar el autoelogio: otra forma de mejorar nuestra autoestima es reconocer y valorar nuestros logros, fortalezas y virtudes. Para ello, podemos practicar el autoelogio, que consiste en decirnos a nosotros mismos frases positivas que refuercen nuestra confianza y autoestima. Por ejemplo: «soy una persona inteligente y creativa», «me siento orgulloso/a de lo que he conseguido», «tengo muchas habilidades y capacidades», etc. Podemos hacerlo cada día, al levantarnos o al acostarnos, o cuando hayamos realizado alguna tarea o actividad que nos haya supuesto un reto o un esfuerzo.
– Cuidar la autoimagen: la forma en que nos vemos y nos presentamos ante los demás también influye en nuestra autoestima. Por eso, es importante cuidar nuestra autoimagen, tanto física como emocional. Esto implica tener una buena higiene personal, vestirnos con ropa que nos guste y nos haga sentir cómodos/as, hacer ejercicio físico regularmente, alimentarnos de forma saludable, etc. También implica expresar nuestras emociones de forma adecuada, respetar nuestros límites y necesidades, ser asertivos/as y comunicarnos con claridad y confianza.
– Buscar apoyo social: la autoestima no solo depende de nosotros mismos, sino también de las personas que nos rodean. Por eso, es importante buscar apoyo social, es decir, contar con personas que nos quieran, nos valoren y nos ayuden a crecer. Estas personas pueden ser familiares, amigos/as, pareja, compañeros/as de trabajo o estudio, etc. Podemos compartir con ellos/as nuestros sentimientos, preocupaciones y alegrías, pedirles consejo o ayuda cuando lo necesitemos, hacer actividades juntos/as que nos diviertan y nos enriquezcan, etc.
Estas son algunas de las técnicas de psicología que podemos utilizar para mejorar nuestra capacidad de autoestima. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la autoestima no se cambia de la noche a la mañana, sino que requiere un proceso continuo de trabajo personal y de aceptación. Por eso, es importante ser pacientes y perseverantes con nosotros mismos/as y celebrar cada pequeño avance que logremos.


