La terapia racional emotiva conductual (TREC) es una forma de psicoterapia que se basa en el principio de que nuestros pensamientos influyen en nuestras emociones y comportamientos. Según esta terapia, no son las situaciones externas las que nos hacen sentir mal, sino las creencias irracionales que tenemos sobre ellas.
Una de las áreas en las que la TREC puede ser útil es en el ámbito laboral, donde a menudo nos enfrentamos a situaciones estresantes, exigentes o frustrantes. Estas situaciones pueden afectar a nuestra autoestima, es decir, al juicio que hacemos sobre nuestro propio valor y capacidades.
La TREC nos ayuda a fortalecer nuestra autoestima al enseñarnos a identificar y cuestionar las creencias irracionales que nos generan malestar emocional y a reemplazarlas por otras más racionales y adaptativas. Al hacerlo, podemos mejorar nuestro estado de ánimo, nuestra confianza y nuestra motivación en el trabajo.
Algunos ejemplos de creencias irracionales que pueden dañar nuestra autoestima son:
– Debo ser perfecto en todo lo que hago y no puedo cometer errores.
– Si no me valoran o me critican en el trabajo, significa que soy incompetente o inútil.
– No puedo soportar la presión o el fracaso en el trabajo.
– Mi felicidad depende de mi éxito profesional.
Estas creencias son irracionales porque son absolutistas, inflexibles y no se ajustan a la realidad. Además, nos hacen sentir ansiedad, culpa, tristeza o enfado, y nos impiden actuar de forma eficaz y satisfactoria.
Para cambiar estas creencias por otras más racionales, la TREC nos propone seguir estos pasos:
– Identificar la situación que nos provoca malestar y la emoción que sentimos.
– Detectar la creencia irracional que está detrás de esa emoción y cuestionarla con preguntas como: ¿Es cierta? ¿Qué evidencia tengo? ¿Qué consecuencias tiene para mí? ¿Me ayuda a conseguir mis objetivos?
– Formular una creencia racional alternativa que sea más lógica, flexible y realista y que nos haga sentir mejor.
– Aplicar la creencia racional en la práctica y comprobar sus efectos positivos.
Un ejemplo de aplicación de este método sería:
– Situación: He presentado un informe en el trabajo y mi jefe me ha dicho que está mal hecho y que tengo que rehacerlo.
– Emoción: Me siento frustrado y deprimido.
– Creencia irracional: Soy un fracasado y no sirvo para este trabajo.
– Cuestionamiento: ¿Es cierto que soy un fracasado? ¿Qué evidencia tengo? ¿Qué consecuencias tiene para mí pensar así? ¿Me ayuda a mejorar mi rendimiento?
– Creencia racional: Cometer un error no significa que sea un fracasado. Todos cometemos errores y podemos aprender de ellos. Soy capaz de hacer bien mi trabajo si me esfuerzo y busco soluciones.
– Aplicación: Reviso el informe con calma y corrijo los errores. Le pido feedback a mi jefe sobre cómo puedo mejorar. Me felicito por haber superado el obstáculo.
La terapia racional emotiva conductual es una herramienta poderosa para fortalecer nuestra autoestima en el ámbito laboral. Al cambiar nuestras creencias irracionales por otras más racionales, podemos mejorar nuestro bienestar emocional y nuestro desempeño profesional.


