La terapia racional emotiva conductual (TREC) es una forma de psicoterapia que se basa en el principio de que nuestras emociones y conductas están determinadas por nuestros pensamientos y creencias. Esta terapia fue creada por el psicólogo Albert Ellis en la década de 1950 y se considera una de las primeras terapias cognitivo-conductuales.
La TREC propone que muchas de las dificultades que experimentamos en la vida se deben a que tenemos creencias irracionales o distorsionadas sobre nosotros mismos, los demás y el mundo. Estas creencias nos hacen interpretar la realidad de forma negativa y nos generan emociones como ansiedad, depresión, culpa, ira o baja autoestima. Además, estas emociones nos llevan a actuar de forma poco adaptativa o autodestructiva.
El objetivo de la TREC es ayudarnos a identificar y modificar estas creencias irracionales por otras más racionales, realistas y positivas. De esta forma, podremos cambiar nuestras emociones y conductas y mejorar nuestro bienestar y calidad de vida.
Uno de los ámbitos en los que la TREC puede ser muy útil es el de la aceptación y el amor hacia nuestro cuerpo. Muchas personas sufren por tener una imagen corporal negativa o distorsionada, que les hace sentirse insatisfechas, avergonzadas o inferiores por su aspecto físico. Estas personas suelen tener creencias irracionales como:
– Necesito tener un cuerpo perfecto para ser feliz y querido.
– Mi valor como persona depende de mi peso o talla.
– Si no cumplo con los estándares de belleza que impone la sociedad, soy un fracaso.
– No puedo cambiar nada de mi cuerpo, estoy condenado a sufrir por él.
Estas creencias generan emociones como tristeza, ansiedad, frustración o envidia, que pueden afectar a la autoestima, las relaciones sociales, la salud o el rendimiento. Además, pueden conducir a conductas como hacer dietas extremas, ejercitarse compulsivamente, evitar situaciones donde se exponga el cuerpo o recurrir a cirugías estéticas.
La TREC nos ayuda a cuestionar y desafiar estas creencias irracionales y a sustituirlas por otras más racionales como:
– Mi cuerpo es solo una parte de mí, no define quién soy ni mi felicidad.
– Soy una persona valiosa y digna de amor independientemente de mi aspecto físico.
– Puedo aceptar mi cuerpo tal como es, con sus virtudes y defectos, sin compararme con los demás.
– Puedo cuidar de mi cuerpo desde el respeto y el cariño, sin obsesionarme ni castigarme.
Estas creencias nos permiten tener una imagen corporal más positiva y realista, que nos genera emociones como satisfacción, confianza, orgullo o gratitud. Estas emociones nos motivan a actuar de forma más saludable y equilibrada, cuidando de nuestro cuerpo sin excesos ni carencias.
La TREC es una terapia breve y eficaz que nos enseña a pensar de forma más racional y a sentirnos mejor con nosotros mismos y con nuestro cuerpo. Si quieres saber más sobre esta terapia o cómo aplicarla en tu caso, puedes consultar con un profesional cualificado que te oriente y te acompañe en el proceso.


