Según la terapia racional emotiva conductual (TREC), una de las formas más efectivas de mejorar la calidad de la relación de pareja es trabajar en la conexión física y sexual. La TREC es una modalidad de psicoterapia que se basa en el principio de que nuestras emociones y comportamientos están determinados por nuestros pensamientos y creencias. Por lo tanto, si queremos cambiar cómo nos sentimos y cómo actuamos, tenemos que cambiar cómo pensamos.
La conexión física y sexual es un aspecto fundamental de la intimidad y el bienestar de la pareja. Sin embargo, muchas veces se descuida o se ve afectada por diversos factores, como el estrés, la rutina, los conflictos, las inseguridades, las expectativas o las creencias irracionales. Estas son algunas ideas irracionales que pueden interferir con la conexión física y sexual de la pareja:
– Creer que el sexo debe ser siempre espontáneo y apasionado, y que si no lo es, significa que hay algo malo en la relación o en uno mismo.
– Creer que el sexo debe cumplir siempre con unos estándares de frecuencia, duración o calidad, y que si no se cumplen, significa que hay un problema o una insatisfacción.
– Creer que el sexo debe ser siempre igual o similar al de otras parejas o al de los medios de comunicación, y que si no lo es, significa que se está perdiendo algo o que se es inferior.
– Creer que el sexo debe ser siempre placentero y satisfactorio para ambos miembros de la pareja, y que si no lo es, significa que hay una falta de amor o de compatibilidad.
– Creer que el sexo debe ser siempre una prioridad en la relación, y que si no lo es, significa que hay un desinterés o una infidelidad.
Estas ideas irracionales pueden generar ansiedad, culpa, vergüenza, frustración o resentimiento en la pareja, lo que a su vez puede disminuir el deseo, el placer y la comunicación sexual. Por eso, la TREC propone cuestionar y modificar estas ideas irracionales por otras más racionales y adaptativas, como las siguientes:
– Aceptar que el sexo puede variar en función del momento, del contexto y de las necesidades de cada uno, y que eso no implica una deficiencia o una amenaza para la relación o para uno mismo.
– Ajustar las expectativas sobre el sexo a la realidad y a las preferencias de cada uno, y no a unos criterios arbitrarios o impuestos por otros.
– Valorar el sexo como una forma de expresión y de conexión con la pareja, y no como una forma de competir o de compararse con otros.
– Comprender que el sexo puede tener momentos de mayor o menor placer o satisfacción para cada uno, y que eso no significa una falta de amor o de compatibilidad.
– Equilibrar el sexo con otras áreas importantes de la relación y de la vida personal, y no convertirlo en una obsesión o en una obligación.
Además de cambiar las ideas irracionales por otras más racionales, la TREC también sugiere algunas estrategias para mejorar la conexión física y sexual de la pareja:
– Comunicarse abierta y honestamente sobre los gustos, los deseos, las fantasías, los límites y las dificultades sexuales de cada uno.
– Expresar afecto y cariño a través de gestos cotidianos como abrazos, besos, caricias o cumplidos.
– Dedicar tiempo y espacio para compartir actividades placenteras y divertidas con la pareja, tanto dentro como fuera del ámbito sexual.
– Innovar y experimentar con nuevas formas de estimularse y disfrutar del sexo con la pareja, sin presiones ni prejuicios.
– Buscar ayuda profesional si se presentan problemas físicos o psicológicos que interfieran con el funcionamiento sexual.
La conexión física y sexual es un elemento clave para mantener viva la llama del amor en la pareja. La TREC nos ofrece herramientas para mejorar este aspecto desde un enfoque racional y positivo. ¿Te animas a probarlas?


