El estrés y la ansiedad son problemas comunes en la vida moderna, pero pueden afectar negativamente a nuestra salud física y mental. Por eso, es importante adoptar hábitos saludables que nos ayuden a reducirlos y a mejorar nuestro bienestar. Aquí te presentamos cinco hábitos que puedes incorporar a tu rutina diaria para sentirte más tranquilo y feliz.
1. Practica ejercicio físico. El ejercicio físico libera endorfinas, unas sustancias químicas que producen una sensación de placer y relajación. Además, el ejercicio mejora la circulación sanguínea, fortalece el sistema inmunológico y ayuda a prevenir enfermedades. Puedes elegir la actividad que más te guste, como caminar, correr, nadar, bailar o practicar algún deporte.
2. Medita. La meditación es una técnica milenaria que consiste en enfocar la atención en el presente, sin juzgar ni reaccionar a los pensamientos o emociones que surjan. La meditación reduce el estrés, la ansiedad y la depresión, y aumenta la autoestima, la creatividad y la memoria. Puedes meditar en cualquier momento y lugar, solo necesitas unos minutos al día y una postura cómoda.
3. Aliméntate bien. La alimentación influye en nuestro estado de ánimo y en nuestra capacidad de afrontar el estrés y la ansiedad. Por eso, es conveniente seguir una dieta equilibrada, rica en frutas, verduras, cereales integrales, legumbres, frutos secos y semillas. Estos alimentos nos aportan vitaminas, minerales, antioxidantes y fibra, que favorecen el funcionamiento del cerebro y del sistema nervioso.
4. Duerme lo suficiente. El sueño es fundamental para la salud, ya que durante el sueño se regeneran las células, se consolida la memoria y se equilibran las hormonas. Dormir bien nos ayuda a estar más alerta, concentrados y de buen humor. Para dormir mejor, es recomendable seguir un horario regular, evitar las pantallas antes de acostarse, crear un ambiente oscuro y silencioso y relajarse antes de dormir.
5. Cultiva relaciones positivas. Las relaciones sociales son una fuente de apoyo emocional, afecto y diversión. Estar rodeado de personas que nos quieren y nos comprenden nos hace sentir más seguros y confiados. Además, compartir nuestros problemas y preocupaciones con alguien nos ayuda a desahogarnos y a encontrar soluciones. Por eso, es importante mantener el contacto con nuestros familiares y amigos, y participar en actividades grupales que nos permitan conocer gente nueva.


