La actividad física es una de las mejores formas de cuidar nuestra salud física y mental. Pero ¿sabías que también tiene efectos positivos en el cerebro? En este artículo te contamos algunos de los beneficios que el ejercicio regular puede aportar a tu función cognitiva, memoria y estado de ánimo.
El ejercicio aeróbico, como caminar, correr o nadar, aumenta el flujo sanguíneo al cerebro, lo que mejora el suministro de oxígeno y nutrientes. Esto favorece la formación de nuevas conexiones neuronales y la neurogénesis, es decir, la creación de nuevas células cerebrales. Estos procesos son fundamentales para mantener el cerebro joven y prevenir el deterioro cognitivo asociado al envejecimiento.
Además, la actividad física estimula la liberación de neurotransmisores como la dopamina, la serotonina y las endorfinas, que regulan el humor, el placer, la motivación y el estrés. El ejercicio también reduce los niveles de cortisol, la hormona del estrés, que puede afectar negativamente al aprendizaje y la memoria. Por eso, hacer deporte nos ayuda a sentirnos más felices, relajados y con mayor autoestima.
Por último, la actividad física también puede mejorar nuestras habilidades cognitivas como la atención, la concentración, la planificación y la resolución de problemas. Al ejercitar nuestro cuerpo, también estamos entrenando nuestro cerebro para ser más eficiente y flexible. El ejercicio nos ayuda a mantener nuestra mente activa y desafiada, lo que favorece el desarrollo de nuevas capacidades y el aprendizaje a lo largo de la vida.
Como ves, la actividad física tiene múltiples beneficios para el cerebro. Por eso, te animamos a incorporar el ejercicio a tu rutina diaria, adaptándolo a tus preferencias y necesidades. No solo mejorarás tu salud física, sino también tu bienestar mental y tu rendimiento cognitivo.


