Hablar menos y escuchar más es una habilidad valiosa, pero poco practicada en un mundo donde las palabras fluyen sin pausa. ¿Quién no ha estado en una conversación donde parecía que todos querían hablar, pero nadie realmente escuchaba? Marta, una gerente de proyectos, solía ser esa persona. En reuniones, se apresuraba a expresar sus ideas, solo para descubrir que muchas veces no entendía completamente lo que sus colegas realmente necesitaban. Este hábito le estaba costando confianza y resultados. Pero cuando comenzó a priorizar escuchar, su carrera y relaciones mejoraron notablemente.
La historia de Marta y su transformación
Marta decidió cambiar después de una evaluación laboral. Sus compañeros mencionaron que no siempre sentían que sus opiniones eran valoradas. Se propuso escuchar más y aplicar algunos métodos sencillos que transformaron su dinámica de comunicación.
Clave 1: La técnica del silencio estratégico
Marta aprendió a resistir el impulso de interrumpir. Antes, su cabeza estaba llena de respuestas mientras otros hablaban. Practicó pausas conscientes, esperando unos segundos antes de responder. Este pequeño gesto mostró interés genuino y le permitió procesar mejor la información.
Clave 2: Parafrasear para comprender
En lugar de asumir, Marta comenzó a repetir lo que escuchaba. Por ejemplo, si alguien decía: «Estoy frustrado con este proceso,» ella respondía: «Entonces, sientes que este proceso te está causando frustración. ¿Es correcto?» Esto no solo aclaraba malentendidos, sino que también hacía que las personas se sintieran escuchadas.
Clave 3: Hacer preguntas abiertas
Marta dejó de preguntar «¿Estás de acuerdo?» y cambió a preguntas como «¿Qué opinas sobre esto?» o «¿Qué otras ideas crees que podrían funcionar?» Esto abrió espacios para opiniones más profundas y creativas, enriqueciendo las conversaciones y mejorando la colaboración.
El resultado de escuchar más
Con estas prácticas, Marta vio cómo su equipo era más abierto y confiaba más en ella. También notó que sus decisiones eran más acertadas porque tenían una base más sólida en las necesidades reales de su equipo.
Reflexión final
Escuchar no es solo una habilidad, es un regalo que ofrecemos a los demás. Es una forma de demostrar respeto y construir relaciones más profundas. Como dice un proverbio chino: «El que sabe hablar, también sabe callar.»
¡Hoy, comparte esta idea y practica escuchar más! Nunca sabes qué valiosa información puedes descubrir en el silencio. 🎧



