“El día que descubrí que los pensamientos negativos no son órdenes”

2–3 minutos

Hubo un día en que me desperté y pensé: “Hoy todo va a salir mal.” Y no fue por intuición mágica ni por un horóscopo mal hecho. Simplemente, mi cerebro decidió tirar una bomba emocional a las 7:00 a.m. sin previo aviso. Como si fuera un grupo de WhatsApp con el título: “Auto-boicot en 3… 2… 1…”

Durante años viví creyendo que si pensaba algo negativo, era porque algo malo iba a pasar. O peor aún: que si lo pensaba, era porque yo era malo. Como si pensar “soy un fracaso” fuera una orden judicial y no una idea absurda flotando en mi cabeza. Hasta que un día, me cayó el veinte: los pensamientos negativos no son órdenes.

Y no, no se trata de pensar bonito como si fueras un influencer con filtro. Se trata de ponerle un alto a esa voz interna que se cree directora general de tu vida. Esa que dice “no sirves”, “vas a fallar”, “para qué lo intentas”, como si tuviera el currículum para hablar con autoridad. Pero ¿y si esa voz estuviera completamente equivocada? ¿Y si lo único que necesitabas era hacerle lo que le harías a un amigo que opina sin saber? Escucharlo, sonreír, y decir: “Gracias por tu opinión, pero no aplica.”

Ese día, en medio de mi tormenta mental, me pregunté: “¿Y si solo… hago lo que tengo que hacer y luego vemos si el mundo colapsa?” Spoiler: el mundo no colapsó.

Fui al trabajo con todo y mi nube mental. Entregué ese informe creyendo que era un desastre, y me dijeron: “Muy buen trabajo.” Lo que confirmó una cosa: mi mente no era una pitonisa, era una telenovela dramática con rating bajo.

Desde entonces, cada vez que aparece un pensamiento negativo, en vez de obedecerlo ciegamente, hago lo siguiente:

  • Lo escucho como quien escucha a un amigo que exagera.
  • Le contesto con una pregunta: “¿Y qué pasaría si no fuera cierto?”
  • Y actúo como si yo tuviera razón y no mi pensamiento.

Y no te voy a mentir: no siempre funciona a la primera. A veces mi mente insiste, como vendedor de seguros en plena comida. Pero cada vez me cree menos, porque yo también dejé de creerle a ella.

Así que si hoy tu cabeza te dice que no puedes, que no vales, que no vas a lograrlo… recuérdale quién manda. No es ella. Eres tú. Tú decides si ese pensamiento se convierte en tu realidad o si se queda en lo que es: una idea que no merece tu obediencia.

Porque al final del día, tu valor no lo dicta lo que piensas en tu peor momento. Lo dicta lo que haces, incluso cuando no crees en ti. Y si hoy te levantaste dudando de ti mismo, felicidades: te levantaste. Ya con eso estás ganando.

Y esa, amigo, amiga, amigue… es una orden que sí puedes cumplir.


Trastornos mentales de Los Simpson: 10 personajes y sus “locuras” más conocidasTrastornos mentales de Los Simpson: 10 personajes y sus “locuras” más conocidas21 de septiembre de 2025Psicólogo Juan José Hernández Lira

aceptación incondicional Agresividad Albert Ellis Ansiedad autoaceptación autoestima autoexigencia baja tolerancia a la frustración bienestar bienestar emocional Cambiar cambio emocional comunicación control emocional crecimiento personal creencias irracionales Depresión diálogo interno emociones emociones intensas emociones negativas enojo Estrés fff Insomnio Manejo de conductas Manejo de emociones Metas Motivación Pareja pensamiento irracional pensamientos irracionales perfeccionismo Recursos Resiliencia Responsabilidad emocional Salud Mental SaludMental Terapia Terapia Cognitivo Conductual terapia racional emotiva Terapia Racional Emotiva conductual Tolerancia a la Frustración Trastornos TREC

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.

Descubre más desde Psicólogo en línea