La vida de Marta había sido un carrusel de emociones desde que recordaba. Pero en los últimos meses, algo había cambiado. No era solo la tristeza pasajera que sentía cuando las cosas no iban bien, sino un peso constante en su pecho que no la dejaba respirar. “¿Qué me está pasando?”, se preguntaba. Había perdido el interés en las cosas que solía amar, como pintar o salir con sus amigas. No era una simple tristeza; algo más profundo estaba ocurriendo.
Un día, decidió buscar ayuda. En una sesión con su terapeuta, Marta escuchó una frase que le abrió los ojos: «Tristeza y depresión no son lo mismo, aunque se parezcan». La terapeuta le explicó que la tristeza es una emoción natural, una respuesta a algo que nos duele o nos preocupa. La depresión, por otro lado, es una condición más compleja y prolongada, que afecta no solo al estado de ánimo, sino también a la energía, el sueño, el apetito y la concentración.
Tres consejos prácticos para diferenciar y abordar estas emociones:
- Escucha a tu cuerpo y mente: La tristeza tiende a fluctuar y desaparecer con el tiempo o con eventos positivos. La depresión, en cambio, es como un día nublado interminable que no se disipa, incluso cuando las cosas mejoran. Si notas que te cuesta dormir, comer, o simplemente levantarte por la mañana durante semanas, es momento de buscar ayuda.
- Habla con alguien de confianza: Compartir lo que sientes con un amigo, un familiar o un terapeuta puede ayudarte a identificar lo que estás experimentando. La tristeza tiende a aliviarse al expresarla, mientras que la depresión puede requerir un enfoque más profundo y profesional.
- Cuida tus hábitos diarios: La rutina, aunque pequeña, puede marcar una gran diferencia. La depresión puede dificultar el inicio de cualquier actividad, pero comenzar con pasos mínimos, como un paseo de cinco minutos o escribir en un diario, puede ser el primer paso hacia la recuperación.
Marta tomó estos consejos en serio. Con ayuda de su terapeuta, descubrió que lo que sentía era una depresión moderada, no solo tristeza. Decidió comprometerse con su tratamiento y poco a poco empezó a sentirse más ligera, como si ese peso en su pecho disminuyera. No fue fácil, pero aprendió a escuchar su mente y su cuerpo, y a priorizar su bienestar.
Frase inspiradora: «Recuerda que la tristeza es una nube pasajera, pero si el cielo permanece gris, busca la luz que te guiará de regreso al sol.» 🌤️
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