Clara siempre fue “la buena”. La que no se quejaba. La que decía “gracias” cuando le daban las sobras. La que sonreía cuando la interrumpían, cuando le bajaban el sueldo, cuando le robaban la idea en reuniones. “No importa”, se repetía, “es mejor no destacar, eso es de egocéntricos”.
Pero algo dentro de ella comenzaba a crujir.
Una tarde cualquiera, mientras veía a su compañera recibir un ascenso con una idea que ella misma había propuesto, algo se rompió. No fue rabia. Fue una tristeza tibia, como la de una flor que decide dejar de crecer por falta de sol.
Esa noche, Clara buscó en Google: “¿Cómo saber si tengo baja autoestima?”
El algoritmo, sabio y cruel, la confrontó con una frase que la desarmó:
“La humildad no es pensar menos de ti. Es pensar en ti menos”.
Boom. Pum. ¡Despierta!
🌱 Humildad ≠ Invisibilidad
¿Te suena familiar? Tal vez tú también has confundido humildad con encogerte. Como si tener confianza fuera un pecado. Como si hablar bien de tus logros fuera “presumir”.
No. No más.
La verdadera humildad no niega tus talentos. Los reconoce, los celebra… sin necesidad de gritarlo desde un balcón. Pero tampoco se los esconde al mundo.
👉 La falta de autoestima, en cambio, te hace pedir disculpas por existir.
Y eso, mi querido lector, no es nobleza. Es autoabandono.
💡 Ejemplos reales y consejos prácticos
- Humildad sana:
“Gracias, trabajé duro en esto. Me alegra que te guste.”
(Sí, puedes aceptar un cumplido sin derretirte de incomodidad.) - Autoestima real:
Te permites pedir un aumento porque sabes lo que vales, sin necesidad de justificarlo con lágrimas o desesperación. - Falsa humildad:
“No fue nada, cualquiera lo habría hecho.”
(Mentira. Fuiste tú. Y estuvo increíble.) - Consejo hipnótico:
Cada vez que sientas que te estás haciendo pequeño, repite mentalmente:
“No vine a esta vida a esconderme. Vine a brillar con calma.”
🌟 El momento en que Clara eligió brillar
Clara, tras muchos meses de terapia, de escribir en su diario frases como “Merezco ocupar espacio” y de practicar decir “no” sin temblar, se presentó a una nueva reunión. Esta vez, cuando compartió una idea brillante y alguien intentó hablar por encima, Clara se aclaró la garganta y dijo:
— Disculpa, aún no termino.
Silencio.
Respeto.
Poder.
Ese día, Clara no se sintió arrogante. Se sintió presente. Completa. Real.
🌈 Frase para compartir y recordar
“Ser humilde no es esconder tu luz… es dejar que brille sin miedo, para inspirar sin aplastar.”
Compártelo si tú también estás aprendiendo a brillar sin pedir permiso. ✨
Psicólogo en línea 