El secreto de las tres cosas buenas (que ni los gurús te cuentan)

2–3 minutos

Claudio, el que vivía esperando el viernes

Claudio tenía 42 años, una agenda que parecía un sudoku emocional y una habilidad única para encontrar lo que faltaba en lugar de agradecer lo que había. Cada noche, su ritual era el mismo: abrir Netflix, desplomarse en el sofá y quejarse mentalmente del día como si tuviera que presentar un informe de desgracias al universo. Un día, su terapeuta (llamémosla Marisol, una mujer con mirada de scanner emocional) le propuso algo tan simple que le pareció absurdo: “Antes de dormir, escribe tres cosas buenas que te pasaron hoy. No importa si son pequeñas”.

—¿Tres cosas buenas? ¿En este caos de vida? —protestó Claudio mientras pensaba en su jefe pasivo-agresivo y el atasco de las 7:00 a. m.

Pero lo intentó.

📝 Día 1:

  1. El café no se me derramó.
  2. El cajero del súper me sonrió.
  3. Mi perro no se hizo pipí en la alfombra.

No era poesía, pero era un comienzo.

📝 Día 7:

  1. Me reí con el meme que me mandó mi hermana.
  2. No grité en la reunión (¡progreso!).
  3. El cielo estaba hermoso al atardecer.

Y algo curioso empezó a pasar. Claudio ya no vivía solo esperando el viernes. Su cerebro, entrenado poco a poco como si fuera un perrito curioso, comenzó a buscar lo bueno en el presente. Empezó a notar la música del barbero de la esquina, la forma en que el viento movía las hojas, los «gracias» sinceros, los “te veo cansado, ¿todo bien?” de su compañera de escritorio.


¿Por qué funciona?

Porque nuestro cerebro, ese drama queen en potencia, tiene un sesgo natural hacia lo negativo. Le encanta analizar peligros, defectos, amenazas. Es un mecanismo evolutivo… útil en la sabana africana, pero no tanto en el tráfico del lunes.

Escribir tres cosas buenas al día es una forma de hacerle un hackeo amable al sistema.

💡 Algunos beneficios:

  • Mejora tu calidad de sueño.
  • Reduce los síntomas de ansiedad y depresión.
  • Refuerza la percepción de que sí hay cosas que valen la pena.
  • Entrena tu atención para encontrar belleza en lo cotidiano.

¿Qué puedes escribir?

  • “Hoy no discutí con mi pareja.”
  • “Probé un pan delicioso.”
  • “Recibí un mensaje bonito.”
  • “Me sentí valiente por decir que no.”

No se trata de fingir alegría ni de negar el caos. Se trata de reconocer las luces pequeñas que siguen encendiéndose incluso en la tormenta.


Consejo de Claudio (con una sonrisa real esta vez):

“No necesitas que todo esté bien para agradecer algo que sí lo está.”


🌟 Frase para compartir:
«Cuando aprendes a ver lo bueno, lo bueno empieza a multiplicarse.»

¿Te animas esta noche a escribir tus tres cosas buenas?


¿Quieres que lo convierta en carrusel para redes o que lo adapte para video corto?


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aceptación incondicional Agresividad Albert Ellis Ansiedad autoaceptación autoestima autoexigencia baja tolerancia a la frustración bienestar bienestar emocional Cambiar cambio emocional comunicación control emocional crecimiento personal creencias irracionales Depresión diálogo interno emociones emociones intensas emociones negativas enojo Estrés fff Insomnio Manejo de conductas Manejo de emociones Metas Motivación Pareja pensamiento irracional pensamientos irracionales perfeccionismo Recursos Resiliencia Responsabilidad emocional Salud Mental SaludMental Terapia Terapia Cognitivo Conductual terapia racional emotiva Terapia Racional Emotiva conductual Tolerancia a la Frustración Trastornos TREC

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