
🛋️ El rincón secreto de Don Ernesto
Cómo crear un espacio en casa que te ayude a relajarte mentalmente
Don Ernesto tenía 67 años, una barriga que contaba historias de postres y una colección de plantas que parecían saber más de meditación que cualquier monje budista. Vivía solo, pero no solo: convivía con los recuerdos, los silencios, las plantas y un sillón tan cómodo que, según él, podría curar una crisis existencial.
Pero no siempre fue así.
Durante años, Ernesto vivió en una casa donde cada rincón era un reflejo del caos: papeles por todas partes, la TV encendida como si no pudiera respirar sin ruido, y una lámpara que parpadeaba como si tuviera ansiedad propia. Una noche, después de una discusión con su reflejo en el espejo (sí, eso pasa), se dio cuenta de que lo que lo tenía agotado no era solo la vida… sino el lugar en el que la vivía.
Entonces, comenzó una revolución silenciosa. No política. Personal. Empezó por un rincón.
🪴 Paso 1: Elige un lugar pequeño, pero solo tuyo. No necesitas una sala de yoga ni una vista al mar. Ernesto eligió una esquina junto a la ventana. “Aquí me voy a sentar a no hacer nada… y a disfrutarlo”, se dijo.
🎨 Paso 2: Dale identidad a tu refugio. Ernesto colocó una alfombra suave, una lámpara cálida, una silla que abrazaba, y una pequeña mesa con su libro favorito. Añadió una planta que llamó “Panchita” (nadie sabe por qué, pero eso la hizo aún más suya).
🔕 Paso 3: Expulsa el ruido. Nada de notificaciones, nada de fondo de noticias tristes. Aquí solo entraba música suave, el sonido del viento y, a veces, un suspiro largo que parecía barrer el alma.
☕ Paso 4: Ritualiza el momento. Cada día, a la misma hora, Ernesto se servía un té, se sentaba con Panchita y respiraba. Solo eso. Respirar. A veces, escribía. Otras, solo observaba cómo la luz se filtraba entre las cortinas.
⚠️ Consejo práctico: No esperes a tener toda la casa perfecta. Comienza por un espacio pequeño donde tu mente pueda aterrizar. Que sea tu santuario. Que te invite a volver a ti.
Un día, su nieta le preguntó:
—¿Abuelo, por qué siempre estás tan tranquilo?
Y él respondió con una sonrisa de sabio rebelde:
—Porque encontré un lugar donde no tengo que ser nadie, solo yo.
🌟 Frase para compartir:
«A veces, el lugar más terapéutico del mundo está a unos pasos… si aprendes a construirlo con calma, luz cálida y un sillón que te abrace como deberías abrazarte tú.»


