Esteban y su “Taller Interno”
Esteban tiene 42 años, una afición por los cactus, y un historial emocional que parece más bien un catálogo de IKEA: muchos intentos de armar algo con piezas que no encajan, instrucciones incompletas, y tornillos que sobran. Después de su tercera ruptura amorosa en dos años, se encontraba una vez más en el sofá, viendo documentales de perezosos mientras se preguntaba: “¿Qué diablos tengo mal?”.
La respuesta llegó de forma inesperada. No en forma de iluminación divina, ni en un mensaje de WhatsApp motivacional, sino cuando su terapeuta le dijo:
—“Esteban… no estás roto. Sólo estás en reparación.”
Ese día, algo se encendió.
El error de sentirse “defectuoso”
Uno de los grandes enemigos de nuestra autoestima es la condenación global, esa tendencia a calificar todo nuestro ser con una sola palabra: inútil, fracasado, roto, tóxico, etc. La Terapia Racional Emotiva Conductual (TREC) lo explica bien: no es lo mismo decir “cometí un error” que “soy un error”.
Cuando Esteban perdió su empleo el año pasado, su pensamiento fue: “No sirvo para nada, siempre arruino todo.” Pero su terapeuta le ayudó a identificar la creencia irracional detrás de esa frase: la exigencia de éxito y perfección constante. Como si sólo valiera algo si no fallaba nunca. Como si no equivocarse fuera una condición para merecer amor.
Transformar “estar roto” en “estar aprendiendo”
Desde entonces, Esteban empezó a cambiar su discurso interno. Pasó de decir “soy un desastre” a “hoy no lo hice bien, pero eso no dice todo de mí”. Comenzó a usar frases racionales como:
- “Preferiría no equivocarme, pero puedo soportarlo.”
- “No necesito tener todo resuelto para tener valor.”
- “No soy mis fallos, soy más que eso.”
Con el tiempo, Esteban notó que esos cambios en su lenguaje mental no eran sólo “frases bonitas”, sino herramientas reales para sentirse más liviano, menos culpable, y más activo en su vida. Empezó a cuidar sus plantas, salir con amigos, buscar nuevos trabajos y sobre todo… dejó de verse como un “proyecto fallido” y empezó a verse como un “proceso valiente”.
Consejos prácticos desde la TREC:
- Cambia la condena por aceptación: Cometer errores no te hace menos valioso. Evalúa la conducta, no tu ser.
- Reformula tus exigencias: En vez de decir “debo hacerlo perfecto”, di “me gustaría hacerlo bien, pero si no, sigo siendo valioso”.
- Practica la autoafirmación racional diaria: “Estoy en construcción, y eso está bien.”
- Usa el método ABCDE: identifica la situación (A), tus creencias (B), cómo te sentiste (C), debate las ideas irracionales (D) y genera efectos emocionales nuevos (E).
- Rodéate de quienes no te piden ser perfecto: porque la vida ya tiene suficientes filtros sin necesidad de otro más en tu cabeza.
Frase final para compartir:
👉 “No estás roto. Estás en reparación. Y eso, amigo mío, significa que estás vivo, creciendo y valientemente aprendiendo a amarte mejor.”
Psicólogo en línea 