Ansiedad en la fila del súper: ¿Qué hacer cuando te sientes observado?

2–3 minutos

Hay un momento muy específico en el que la ansiedad decide hacer su aparición estelar: cuando estás en la fila del supermercado. Tú ahí, tranquilito con tu canasta de pan, papel higiénico y una bolsa de papas que claramente no es para compartir, y de pronto… sientes ojos. No sabes de quién. No sabes por qué. Pero lo sabes. Te están viendo.

Y claro, ahí empieza la orquesta sinfónica de pensamientos irracionales:
– «¿Tengo algo en la cara?»
– «¿Pensarán que estoy robando algo?»
– «¿Por qué elegí estos calzones con dibujitos justo hoy?»

Respira. Literal. Vamos a bajarle tres rayitas a la paranoia.

¿Qué está pasando en realidad?

Lo más probable es que nadie te esté viendo. Y si lo hacen, tal vez piensan algo como “yo también necesito pan” o “ese chocolate me lo iba a llevar yo”. Pero tu mente, ese teatrero sin filtro, toma un pensamiento y lo convierte en una telenovela:
“¡La vergüenza del pasillo 7! Protagonizada por tú, sudando con un jitomate en la mano”.

¿Por qué te pasa esto?

Porque tu cerebro tiene un sistema de alarma que se activa incluso cuando no hay peligro real. Es como ese amigo dramático que ve una paloma y grita “¡nos van a atacar!” Cada mirada se convierte en juicio, cada silencio en condena. Y así se forma la ansiedad social.

Entonces, ¿qué puedes hacer?

1. Identifica el pensamiento irracional

Cuando te llegue la idea de “me están viendo porque algo está mal en mí”, pregúntate:
– ¿Dónde están las pruebas?
– ¿Qué más podría significar esa mirada?
– ¿No será que yo también a veces veo gente sin razón?

Spoiler: sí. A veces vemos gente sin razón. Y ellos también.

2. Hazle zoom a tu diálogo interno

En vez de pensar “¡esto es terrible!”, cambia por:
– “Es incómodo, pero puedo soportarlo.”
– “Tal vez me siento nervioso, pero no significa que haya un problema.”
Este simple ajuste es como quitarle el drama a la novela. Menos Rebelde, más documental de pingüinos.

3. Acepta la incomodidad sin etiquetarte

No eres un “bicho raro”, ni “socialmente torpe”. Eres un ser humano con emociones. A veces incómodas. A veces en la fila del súper. Y eso está bien. Estás aprendiendo a vivir con ello, no a pelearlo.

4. Reírte ayuda (aunque sea por dentro)

La próxima vez que te sientas observado, imagina que estás en una pasarela de modas: tú, imponente, desfilando con tu desodorante y tus yogures. O que hay un narrador dramático contando tus movimientos como si fuera una final olímpica de empujar carrito. El humor no elimina la ansiedad, pero la vuelve más soportable. Y eso ya es ganar.


En resumen:

Sentirte observado en la fila del súper no significa que algo esté mal contigo. Es solo tu mente exagerando un poco (o mucho). Respira. Cuestiona. Acepta. Ríe si puedes. Y si no puedes, al menos recuerda: nadie está realmente pensando en tu lechuga tanto como tú. Y eso, aunque parezca triste, es en realidad una liberación.

Eres más normal de lo que crees. Incluso en la fila del súper.


Trastornos mentales de Los Simpson: 10 personajes y sus “locuras” más conocidasTrastornos mentales de Los Simpson: 10 personajes y sus “locuras” más conocidas21 de septiembre de 2025Psicólogo Juan José Hernández Lira

aceptación incondicional Agresividad Albert Ellis Ansiedad autoaceptación autoestima autoexigencia baja tolerancia a la frustración bienestar bienestar emocional Cambiar cambio emocional comunicación control emocional crecimiento personal creencias irracionales Depresión diálogo interno emociones emociones intensas emociones negativas enojo Estrés fff Insomnio Manejo de conductas Manejo de emociones Metas Motivación Pareja pensamiento irracional pensamientos irracionales perfeccionismo Recursos Resiliencia Responsabilidad emocional Salud Mental SaludMental Terapia Terapia Cognitivo Conductual terapia racional emotiva Terapia Racional Emotiva conductual Tolerancia a la Frustración Trastornos TREC

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