La diferencia entre lo que piensas que eres y lo que realmente eres (y por qué duele tanto)

2–4 minutos

Julia tenía treinta y cuatro años y, desde fuera, su vida parecía estar en orden. Tenía un buen trabajo, una relación estable y amistades con quienes compartía cenas los fines de semana. Pero había algo que la carcomía por dentro, una especie de tristeza sorda que la acompañaba incluso en los momentos felices. Una noche, después de una discusión trivial con su pareja, explotó en llanto. «No sé quién soy», dijo entre sollozos. “Siento que estoy fingiendo todo el tiempo”.

Desde joven, Julia se había esforzado por ser la hija ejemplar, la estudiante brillante, la profesional perfecta. Había construido una identidad sobre la base de exigencias internas inquebrantables: “Debo tener éxito, debo gustarle a todos, no puedo equivocarme”. Cada vez que fallaba, aunque fuera mínimamente, se repetía: «Soy un fraude».

La discusión con su pareja fue el catalizador, pero no la causa. Lo que la hizo derrumbarse fue la carga de años sintiendo que debía sostener una imagen perfecta para ser valiosa. Esta disonancia entre quien era en realidad y quien creía que debía ser, la dejaba agotada. Como si tuviera que interpretar un papel sin descanso.

Durante semanas, Julia intentó ignorar su malestar, aferrándose a sus rutinas. Pero cada vez que cometía un error en el trabajo o se mostraba vulnerable con alguien, su mente explotaba en juicios: “Así no se supone que debo ser”. El conflicto no estaba en las situaciones, sino en las creencias que había adoptado sin cuestionar.

Un día, por sugerencia de una amiga, comenzó terapia. Allí conoció el modelo de la Terapia Racional Emotiva Conductual (TREC) y descubrió algo revelador: sus emociones no estaban dictadas por lo que le sucedía, sino por las interpretaciones que hacía de esos hechos. Por primera vez, pudo poner nombre a sus creencias irracionales: “Debo hacerlo todo bien o no valgo”; «Si muestro debilidad, no merezco ser querida».

Durante una sesión, su terapeuta le preguntó: “¿Y si no fueras la profesional perfecta? ¿Qué cambiaría en tu valor como persona?”. Julia se quedó en silencio. Era la primera vez que contemplaba la posibilidad de ser valiosa incluso sin ser impecable.

No fue un camino fácil. Hubo días en que volvió a exigirse más de la cuenta. Pero empezó a reconocer que esas exigencias absolutistas solo la alejaban de su bienestar. Aprendió a sustituir los «debería» por «preferiría», a desdramatizar sus errores, y sobre todo, a verse con más compasión.

El momento de transformación llegó un jueves cualquiera, en una reunión de trabajo donde cometió un error. Sintiendo la punzada habitual de vergüenza, respiró hondo y, en lugar de azotarse mentalmente, pensó: “Fue un error, no soy el error”. Se disculpó, corrigió el problema y continuó. Esa noche, se sintió ligera por primera vez en años.

Julia no se convirtió en otra persona, sino que se permitió ser quien ya era, sin tantas capas de exigencia encima. Comprendió que la distancia entre su «yo idealizado» y su «yo real» no era una falla, sino una oportunidad para aceptar y crecer.

Mensaje final:

Julia aprendió que el dolor de sentirse desconectada de uno mismo no se resuelve intentando ser perfecto, sino aceptando que uno ya es suficiente, con errores, dudas y todo. Entendió que no se trata de eliminar sus imperfecciones, sino de dejar de definir su valor en función de ellas. Porque solo cuando dejamos de fingir quienes creemos que deberíamos ser, comenzamos a sanar y a vivir con autenticidad.


Trastornos mentales de Los Simpson: 10 personajes y sus “locuras” más conocidasTrastornos mentales de Los Simpson: 10 personajes y sus “locuras” más conocidas21 de septiembre de 2025Psicólogo Juan José Hernández Lira

aceptación incondicional Agresividad Albert Ellis Ansiedad autoaceptación autoestima autoexigencia baja tolerancia a la frustración bienestar bienestar emocional Cambiar cambio emocional comunicación control emocional crecimiento personal creencias irracionales Depresión diálogo interno emociones emociones intensas emociones negativas enojo Estrés fff Insomnio Manejo de conductas Manejo de emociones Metas Motivación Pareja pensamiento irracional pensamientos irracionales perfeccionismo Recursos Resiliencia Responsabilidad emocional Salud Mental SaludMental Terapia Terapia Cognitivo Conductual terapia racional emotiva Terapia Racional Emotiva conductual Tolerancia a la Frustración Trastornos TREC

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