¿Por qué el cerebro ama complicarlo todo? Guía rápida para simplificar tu vida

3–5 minutos

  1. El día en que Sofía se dio cuenta que su cerebro era un drama king
  2. Cuando pensar demasiado te impide vivir
  3. La batalla contra el “debería”
  4. El momento en que casi se rinde (pero no lo hizo)
  5. Clímax: El día que decidió dejar de complicarlo todo
  6. El poder de una mente simplificada
  7. ¿Y tú? ¿También complicas todo en tu cabeza?
  8. Moraleja final

El día en que Sofía se dio cuenta que su cerebro era un drama king

Sofía tenía 34 años, una vida bastante estable y un talento increíble para complicarlo todo. No era intencional. Era como si su mente necesitara drama para sentirse viva. Algo tan simple como un “no me contestó el mensaje” se transformaba en una película de terror emocional.

“¿Le habré molestado? ¿Habré hecho algo mal? Seguro está enojado… ¿y si ya no quiere verme más?”

Su corazón latía rápido. Le sudaban las manos. Revisaba el celular cada tres minutos. Una situación banal se convertía en tormenta.

Sofía no quería vivir así. Quería entender por qué su mente insistía en llevarla por ese camino de angustia y anticipaciones catastróficas.


Cuando pensar demasiado te impide vivir

Un día, su terapeuta le dijo:

“Tu mente no es tu enemiga. Solo aprendió a reaccionar con miedo. Pero puedes enseñarle una forma distinta de interpretar la realidad”.

Le presentó la Terapia Racional Emotiva Conductual (TREC), y con ella, un concepto que le cambiaría la vida: el modelo ABC.

  • A: Algo pasa (por ejemplo, alguien no contesta).
  • B: Interpretas lo que pasó con una creencia (ej. “tengo que agradarle, si no me responde es porque algo hice mal”).
  • C: Te sientes angustiada, ansiosa, culpable.

No era lo que pasaba lo que la destruía, era cómo lo interpretaba. Esa idea le explotó la cabeza.


La batalla contra el “debería”

Con el tiempo, Sofía descubrió que vivía llena de “deberías”:

  • “Debería hacerlo perfecto”.
  • “La gente debería tratarme bien siempre”.
  • “No debería sentirme así por tonterías”.

Estas ideas absolutistas creaban una presión constante. Y cuando la realidad no encajaba con ellas, se desataba el conflicto interno.

Fue entonces que su terapeuta le enseñó a debatir sus creencias irracionales. A cuestionarlas con lógica, realidad y utilidad.
¿Dónde está escrito que todos deben responderte rápido? ¿Sirve pensar así? ¿Te ayuda o te hunde?


El momento en que casi se rinde (pero no lo hizo)

Hubo días en que Sofía se sintió agotada. “No puedo cambiar, soy así”, pensaba. Hasta que un día, tras un ataque de ansiedad menor por no recibir respuesta a una propuesta laboral, recordó algo que había leído en una hoja de trabajo TREC:

“El cambio no es rápido. Pero es posible si te entrenas en pensar distinto”.

Respiró. No revisó el celular. No se insultó. Solo pensó: “Me gustaría que me respondieran ya, pero puedo tolerar la espera”.

Esa noche durmió bien por primera vez en semanas. No porque el mundo cambiara, sino porque su mente empezó a hacerlo.


Clímax: El día que decidió dejar de complicarlo todo

Un mes después, Sofía estaba en una cafetería. Un amigo le dijo:

“Es que tú te tomas todo muy a pecho”.

Sofía sonrió. No se justificó. No sintió vergüenza. Solo respondió:

“Lo hacía, sí. Pero ahora intento preguntarme si lo que pienso es útil o solo drama gratuito”.

En ese instante, se dio cuenta de algo poderoso: ya no reaccionaba igual. Su mente seguía lanzando pensamientos automáticos, pero ahora tenía herramientas para no comprarlos.


El poder de una mente simplificada

Hoy, Sofía sigue siendo humana. A veces se angustia, otras veces se ríe de sí misma. Pero ya no vive atrapada en su cabeza.

Aprendió a:

  • Detectar pensamientos irracionales.
  • Sustituir “necesito” por “preferiría”.
  • Aceptar lo que no puede controlar sin hacer un drama.
  • Desdramatizar y relativizar.
  • Tener una alta tolerancia a la frustración.

Sofía no se volvió perfecta. Se volvió libre.


¿Y tú? ¿También complicas todo en tu cabeza?

Es normal. Nuestro cerebro fue diseñado para sobrevivir, no para simplificar. Pero podemos enseñarle nuevos caminos. La TREC nos muestra que podemos dejar de sufrir por lo que pensamos si aprendemos a pensar distinto.

La próxima vez que te atrapes pensando “¡es terrible!”, respira y pregúntate:

  • ¿Es realmente terrible o solo incómodo?
  • ¿Tengo pruebas de que esto es así?
  • ¿Estoy exigiendo algo que en realidad es solo un deseo?
  • ¿Cómo me sentiría si creyera algo más flexible?

Recuerda: lo que crees determina cómo te sientes.


Moraleja final

Sofía entendió que la mente puede ser complicada, pero nosotros podemos ser más sabios. No eliges el pensamiento automático, pero sí puedes elegir qué hacer con él.

Porque a veces, lo único que tu mente necesita para dejar de complicarlo todo… es que tú dejes de creerle todo.


¿Y tú, qué historia te estás contando hoy?


Palabras clave: cerebro complicado, simplificar la vida, pensamiento irracional, TREC, ansiedad cotidiana, Albert Ellis, psicología práctica, sobrepensar, creencias irracionales, vivir el presente, mente en paz, simplificación emocional, autoaceptación.


Trastornos mentales de Los Simpson: 10 personajes y sus “locuras” más conocidasTrastornos mentales de Los Simpson: 10 personajes y sus “locuras” más conocidas21 de septiembre de 2025Psicólogo Juan José Hernández Lira

aceptación incondicional Agresividad Albert Ellis Ansiedad autoaceptación autoestima autoexigencia baja tolerancia a la frustración bienestar bienestar emocional Cambiar cambio emocional comunicación control emocional crecimiento personal creencias irracionales Depresión diálogo interno emociones emociones intensas emociones negativas enojo Estrés fff Insomnio Manejo de conductas Manejo de emociones Metas Motivación Pareja pensamiento irracional pensamientos irracionales perfeccionismo Recursos Resiliencia Responsabilidad emocional Salud Mental SaludMental Terapia Terapia Cognitivo Conductual terapia racional emotiva Terapia Racional Emotiva conductual Tolerancia a la Frustración Trastornos TREC

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.

Descubre más desde Psicólogo en línea